Este martes 12 las encargadas de hacer vibrar el escenario del Jardín de Invierno fueron la aragonesa Erin Memento y María Arnal junto a Marcel Bagés y su banda. Dos conciertos de estilos muy diversos que afianzan el regreso de la cultura a la ciudad.
Memento abrió la sesión a las 21.00 horas y aunque los asistentes entraron tímidamente al recinto nada parecían tener que ver con los que salieron de él, exhaustos de tanto cantar y hasta en alguna ocasión, en su sitio eso sí, de bailar. La artista aragonesa arrancó con el tema “Matarán”, perteneciente a uno de sus primeros trabajos, “La noche no es para todos”, y de su último EP “Incendio en el jardín” acompañada por su banda de confianza.
Una serie de versiones de nuevos y antiguos trabajos adaptados al directo: “le hemos dado una vuelta a las canciones del primer EP, para aclimatarlas a las del nuevo y que empasten todo de manera homogénea. Es verdad que a las canciones del segundo EP les hemos dado una pequeña vuelta para llenar un poco más el escenario”, ha explicado Memento. El público pudo escuchar en primicia “Aquella noche”, un tema aún sin publicar.
Memento agradeció a la organización la posibilidad de dar su concierto más grande hasta la fecha, según explicó en una de sus intervenciones. “Ha sido muy emocionante, tocar en un escenario tan grande siempre impone, pero es verdad que hacerlo en Zaragoza hace mucha ilusión. Estoy contentísima, tenemos buenísimas sensaciones y espero que sea el primer concierto de esta magnitud, pero no el último”, ha contado la artista.
Tomó el relevo María Arnal y Marcel Bagés, un cambio rotundo tanto en lo musical como en lo escénico. De los colores cálidos de Memento, a una luz blanca que iluminaba a la banda, a veces con un tono onírico, envuelto en nubes de humo que ocultaban a los artistas, y otras a modo de tormenta que acompañaba el retumbar de sus canciones.
Arnal y Bagés llenaron el Jardín de Invierno con un pop electrónico difícil de clasificar, pero no de disfrutar, a la vista estaban los grupos de asistentes que se levantaron para bailar desde sus asientos, temas de su último álbum “Clamor”. La experimentación musical es la carta de presentación de estos artistas y así se lo hicieron saber al público zaragozano.
El binomio artístico cerró la sesión de este martes con una despedida que se estiró a lo largo de varias canciones, algo que no pareció molestar a los asistentes, quienes hasta el último momento corearon los temas de Arnal.