La literatura tiene esa magia que permite hacer volar a quien la disfruta a cualquier lugar. A veces ese viaje acaba en mundos fantásticos, otras en épocas históricas fascinantes y, en ocasiones, esas alas solo te llevan a mundos que, con su belleza, alejan un poco la negrura y la crueldad de la realidad. Y ese es precisamente el objetivo de «+ Amor – Guerra», una antología solidaria por Ucrania que 20 plumas, algunas de ellas aragonesas, han creado usando su mejor arma, la palabra, para transmitir y demostrar que el amor es siempre mucho más fuerte que el odio. La antología saldrá el próximo 8 de abril en Amazon y otras plataformas y la recaudación íntegra irá a la fundación World Central Kitchen, del chef José Andrés, que opera en Ucrania suministrando alimentos y asistencia a los afectados.
La idea surgió hace un tiempo cuando un grupo de alumnos de un máster profesional de novela romántica pensaron que, quizás, si usaban las palabras y escribían historias de amor, de esperanza y de gratitud contribuirían, al menos en parte, a hacer el bien en una sociedad en la que ya hay demasiado mal. «Ahora que vemos que el mundo tiene una parte más fea utilizamos la literatura y la cultura para darle algo de belleza y además ayudar a aquellos que lo tienen mucho más difícil que nosotros», ha reconocido Raquel Ruiz, una de las escritoras que ha contribuido con su relato a la antología.
Ellas son mayoría, pues son 18 plumas femeninas y dos masculinas, pero la razón de ser de todos los autores es el amor. Novela romántica contemporánea, pero también fantasía componen estos relatos que estarán a la venta durante cuatro meses. «No tenía sentido ponerlo a la venta durante más tiempo porque lo que queremos es poder ayudar ya a través de este proyecto con el que animamos a todos a aportar su granito de arena», ha asegurado Ruiz.
Con un equipo humano que ha creado, maquetado y diseñado estas historias, las 20 historias de amor quieren aflorar ese sentimiento en quienes las lean para que viajen así a un mundo un poco menos cruel e injusto. Y es que ya lo dijo la poeta Julia Prilutzky, «tenemos que aprender a no temernos, y a no asustarnos, y a estar seguros, y a no causarnos daño».