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Raquel Meller no fue siempre la Raquel Meller que vivía en Versalles y en la Costa azul mientras alimentaba su pinacoteca de cuadros de Renoir o Matisse. Raquel Meller nació en Tarazona siendo Paquita Marqués, una modista de triste realidad, y ella sola, con sus cuplés y tonadillas se convirtió en la diva más grande de los años 20 y 30 en España. Y ahora, «Por los ojos de Raquel Meller» llega del 15 al 18 de septiembre al Teatro del Mercado para adentrar al público en la vida de esa diva que llenaba los teatros de Nueva York y que hacía espectáculos para todos.

«Raquel Meller hacía espectáculos para todos, para mademoiselles y caballeros, para niños y para familias. Además, en los círculos siempre se decía que era transformista porque no era solo una mujer sino que eran 20 en una», ha relatado el director, Hugo Pérez de la Pica junto a una de las nueve actrices de la obra, Candelaria de la Serena.

La de Raquel Meller es una de esas historias de mujeres que se forjan a sí mismas. Fue vanagloriada por muchos y criticada por otros tantos, pero consiguió levantar hasta 23 veces el telón de los mejores coliseos de Nueva York y hacer que «se tuvieran que encender las luces para que el público abandonase la sala», cuenta Pérez de la Pica. Era tonadillera de corazón y cupletista y tantas cosas que era difícil catalogarla y se codeaba con los más grandes artistas como Ramón J Sender o Paco Martínez Soria.

Teatro Tribueñe viaja en el tiempo con «Por los ojos de Raquel Meller» y consigue que el público lo haga también. La «Modistilla» y otras grandes interpretaciones de la tonadillera se juntan en una producción delicada y algo «extraña». «Es una producción delicada, llena de fantasía y delicadeza que pone en el centro de todo a esa mujer grandísima e importantísima que fue Raquel Meller», ha reconocido el gerente del Patronato de Artes Escénicas y de la Imagen de Zaragoza, José María Turmo.

Y tanto es así que «Por los ojos de Raquel Meller» lleva siete temporadas de éxito desde su estreno en 2006 en el Teatro Tribueñe. «Lo más bonito de esta obra es que hacemos que el público sea partícipe y que se convierta en público de cada una de esas etapas de la tonadillera», cuenta Pérez de la Pica. Además, Candelaria de la Serna ha asegurado que «Meller nacía y moría con cada canción con una intensidad sublime».

Así, la vida de esa diva que se hizo a sí misma y que llenó los más grandes coliseos aterrizará en el Mercado llenándolo de copla y tonadillas.

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