A pesar del frescor que la lluvia y el viento han dejado en el primer fin de semana del otoño, algunos de los rincones más especiales del Parque Grande de Zaragoza se han llenado de actividades culturales para todos aquellos niños y adultos con ganas de aprender y disfrutar.
Uno de estos rincones mágicos ha sido el Kiosco de las Letras, que se reinauguró durante el evento Zaragoza Florece después de más de una década cerrado para volver a utilizarlo como epicentro de cultura y literatura. Con este escenario, un buen café y una pila de libros, Alfonso Plou y Rosa Ruiz Cebollero, dos de los autores de la Asociación Aragonesa de Escritores, han charlado animadamente sobre la situación actual del teatro.
“El ser humano es sociable por naturaleza, ¿qué hay mejor que el teatro como sitio de encuentro?”, ha expresado Ruiz. Los autores también han reflexionado con el público sobre la ruptura de la cuarta pared, un elemento muy utilizado en el teatro que hace que la experiencia sea totalmente inmersiva.
Asimismo, los literatos han aprovechado esta cita entre los jardines del Parque Grande para expresar que es una pena que haya gente que no haya visitado antes el teatro y han reivindicado que es necesario un abaratamiento de las entradas para que la gente acuda de manera más frecuente. “Creo que la gente no va al teatro porque no le interese, sino porque es un desembolso bastante grande que no todos los bolsillos pueden afrontar”, han comentado.
No muy lejos del Kiosco de las Letras y siguiendo el hilo de las obras teatrales, los más pequeños han podido disfrutar de un espectáculo organizado por Las Tribus del Parque en el que la magia, los cuentos y los juegos han sido las actividades destacadas.
Allí, niños y niñas de todas las edades han danzado alrededor de un paracaídas de colores y han realizado pulseras, entre otros talleres.