Los dragones, la música y el humo rojo irrumpen en Zaragoza para recibir el año nuevo chino

Se ha realizado un desfile para celebrar el año nuevo chino que ha llenado el centro de Zaragoza con el color rojo. Foto: Daniel Pérez
photo_camera Se ha realizado un desfile para celebrar el año nuevo chino que ha llenado el centro de Zaragoza con el color rojo. Foto: Daniel Pérez

El color rojo ha irrumpido vida este domingo en las calles de Zaragoza llenándola de vida con la celebración del Año Nuevo Chino. A diferencia del resto del mundo, la cultura china se rige por el ciclo lunar para dar comienzo a su año. Por ello, como hizo Zaragoza hace dos semanas entre campanadas y uvas, la comunidad china de la ciudad ha celebrado el entrante año del conejo entre dragones, música y espectáculos de fuego.

Con una calle Alfonso I abarrotada hasta no quedar ni un hueco libre, la marcha ha dado comienzo a las 12.00 horas de la mañana encabezada por el Instituto Confucio y la vicealcaldesa de la ciudad Sara Fernández. “No esperábamos toda esta gente. Es el primer año que celebramos después de la pandemia que celebramos y la gente ha respondido de manera magnífica. Hoy va a hacer un poco de frío pero la realidad es que la ciudadanía se ha volcado una vez más a acoger la celebración con la comunidad china. Zaragoza es una ciudad diversa y se muestra en ocasiones como esta”, ha señalado Fernández.

Así, con la diversidad reflejada en una bandera roja y un círculo de estrellas amarillas, el desfile ha llegado hasta la plaza del Pilar deseando un feliz año a todos los asistentes. Acompañados de los bailes serpenteantes de un largo dragón blanco y rojo, la marabunta se ha ido concentrando alrededor de un gran escenario. Para empapar de la cultura china a niños, jóvenes y mayores, dos presentadores han realizado un discurso sobre el año nuevo chino. Prosperidad, salud, paz y suerte es lo que traerá el conejo para este 2023.

Acompañados del calor de todos los representantes de las asociaciones chinas de Zaragoza, la celebración del año nuevo en la capital aragonesa ha finalizado con un espectáculo en el que los bailes y la música han conseguido trasladar a los asientes al otro lado del mundo.