La Sala Capitular de Sijena viaja a Zaragoza con una recreación inédita de "La Crucifixión"

La exposición se podrá ver hasta el 11 de junio. Foto: Laura Trives
photo_camera La exposición se podrá ver hasta el 11 de junio. Foto: Laura Trives

En 2007, el astrofísico Juan Naya se dio cuenta de que tenía un sueño: devolver a la vida las pinturas de la Sala Capitular del Monasterio de Sijena. Dieciséis años más tarde, la que está considerada como la Capilla Sixtina del Románico lo llena todo en los Antiguos Depósitos Pignatelli de Zaragoza en la exposición "Sigena Mágica" que, hasta el 11 de junio, permitirá ver por primera vez "La Crucifixión" gracias a una recreación digital. Esta obra quedó cubierta por la cal en 1500 y nunca se pudo volver a ver hasta ahora.

Con una reproducción digital de cinco metros de alto y tres de ancho se ha recreado la técnica en la que el maestro de Sijena supuestamente pintó la obra cumbre de la Sala Capitular. Además, en la exposición también se puede hacer una experiencia inmersiva 360º por la sala en la que los visitantes tendrán la oportunidad de ver las pinturas muy de cerca. Esta experiencia es de pago y tiene un precio de 6 euros pero al resto se puede acceder de manera gratuita.

La serpientes, dragones, panteras, grifos, centauros y demás especies del rico bestiario de la Sala Capitular dan la bienvenida a la exposición. Este es uno de los aspectos que se podrán conocer más en profundidad y es que las obras de arte "son tan ricas que muchas veces se pierde un poco la noción y uno no sabe a lo que atender", ha explicado Juan Naya. De hecho, una de las cosas que más llama la atención de las obras es la gran cantidad de dragones que aparecen en las imágenes. "Se pueden encontrar hasta trece lo cual no es de extrañar siendo este animal el que ha representado históricamente el reino de Aragón", cuenta.

Un impresionante artesonado del techo preside la exposición como una de las grandes joyas. Para ello, se tuvo que hacer un análisis riguroso de las fotografías en blanco y negro de los techos dando así lugar a la planimetría. Después, se pasa a la ejecución en madera cortando, labrando y ensamblando las piezas antes de la policromía. El último paso es dar unas 11 capas de yeso y cola de conejo para preparar la madera para el proceso del dorado.

Esta y otras explicaciones evidencian la forma en que el sueño de Juan Naya se hizo realidad y que se puede ver en "El Sueño de Sigena", el documental en que se explica el trabajo detrás de la exposición y del proyecto. La Sala Capitular es considerada una de las grandes obras del arte cruzado pues ni es románico ni gótico y tiene peculiaridades inglesas y bizantinas. Cada una de sus obras es única y, tras el incendio que las devastó en 1936, ahora sus detalles pueden admirarse en profundidad gracias a la recreación digital y física.

Basándose en fotos en blanco y negro, los artífices de la exposición comenzaron una laboriosa técnica basada en dar color y representar gráficamente las piezas. "Es un trabajo delicado y minucioso en el que hay que utilizar técnicas que hagan ver que estás delante de una pintura real y no de una imagen", ha explicado Naya.

La forma en que el Maestro de Sijena pintó cada uno de los frescos y cuadros de esta Capilla Sixtina española queda plasmada y recuperada en los Antiguos Depósitos Pignatelli en un día "en que todo Aragón debería dar gracias a Juan Naya y su equipo por dejarnos admirar esta belleza", en palabras de la vicealcaldesa y concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Sara Fernández. Además, lo recaudado con la experiencia inmersiva irá destinado a seguir con el proyecto.