Luis Zueco: "Hay veces que si quieres que cambien las cosas tienes que romper las reglas"

Luis Zueco
photo_camera "El tablero de la reina" es su última novela.

Luis Zueco (Borja, 1979) aprendió a jugar al ajedrez cuando era pequeño, casi al tiempo en el que ya devoraba unos libros que más tarde escribiría enganchando a miles de lectores en un viaje por la historia. Algunos dicen que ese viaje le ha llevado hasta el Olimpo de la novela histórica aunque él no se siente exactamente ahí. Ni ahí ni en ningún otro sitio, solo en esas páginas en las que se adentra en episodios históricos fascinantes. Aunque, en "El tablero de la reina" esa fascinación parte de una mujer: Isabel I de Castilla. Reina de reinas, nadie apostaba por que la pequeña infanta subiera al trono en 1474. Pero lo hizo. Una mujer que cambió las reglas del juego y un juego de más de 1.500 años y que ahora está más de moda que nunca: el ajedrez. "El tablero de la reina" es eso y mucho más. Una mezcla de intriga, historia, secretos, libros y partidas que muchos querrían que no acabaran nunca.

PREGUNTA.- Dice que no le gustan las ficciones en las que se plantean preguntas pero pocas respuestas, ¿qué respuestas da el tablero de la Reina?
RESPUESTA.- Me gusta hacerme preguntas para responderlas en la novela. La novela básicamente tiene dos grandes preguntas. Tiene una inicial que es que cómo el ajedrez que es un juego que tiene más de 1.500 años puede estar ahora más de moda que nunca. Un juego que se inventa en la India, que pasa a Persia, que va evolucionando pero que es un juego antiquísimo que ahora en pleno siglo XXI se juegue más que nunca es sorprendente. Eso tiene que ser porque el ajedrez tenga algo especial y eso es lo que intento contar en la novela.

P.- La reina es la figura más importante del ajedrez e Isabel de Castilla hizo jaque mate al subir sin apenas aliados al reino de Castilla. ¿Cuánto hay de casualidad? ¿Cómo llego a conectar estas dos ideas?
R.- El ajedrez que jugamos hoy en día es un juego medieval con unas reglas del siglo XV por tanto debería reflejar la sociedad de aquel momento. Entonces, ¿cómo puede ser que en un juego medieval la figura más importante sea una mujer? Eso realmente no responde a la realidad. Entonces busqué y rebusqué porque yo parto de la idea antes que de la época, y quise que el ajedrez fuera el hilo conductor. Algo tuvo que pasar en el siglo XV muy importante para que un personaje cambiase la concepción del poder en esa época y que eso se reflejase en las artes, en la política y también en el juego y yo creo, y hay material que lo atestigua, que esa fue Isabel de Castilla.

P.-¿Fue Isabel de Castilla una mujer revolucionaria?
R.- Es una mujer que cambia la concepción del poder, hasta ella no hay una gran reina que reine de verdad, hay reinas consortes, reinas de gentes… pero reina que reine independientemente de quien es su marido o sus hijos no la hay. Hay que tener en cuenta que la novela se ubica temporalmente en la juventud de Isabel, en cómo asciende al poder porque lo que no sabe mucha gente es que Isabel no tendría que haber reinado nunca. Ella era una infanta, ni siquiera era princesa, entonces la historia es esa, cómo una niña sola, con todo en contra consigue llegar a ser la reina. Es una revolucionaria que cambia el concepto de poder de la época. Piensa que desde entonces no ha habido ninguna reina en España y ninguna como ella y han pasado 500 años, es una figura clave en la política, cambió el concepto de monarquía cambia muchos aspectos, estamos en el paso de la Edad Media a la Edad Moderna…Ella es una reina medieval pero fundamentalmente moderna, por eso también hay muchos dobles sentidos en la novela.

P.- Le gusta tanto el ajedrez que hasta ha instalado uno gigante en el suelo del Castillo de Bulbuente que regenta. ¿Es el ajedrez una de sus grandes pasiones?
R.- El ajedrez siempre me ha parecido un juego muy interesante, me parece muy curioso que a la gente le siga atrayendo y por ejemplo que en época reciente en la Guerra Fría los soviéticos y norteamericanos decidieran usar un tablero de ajedrez para decir quién era el mejor entre el capitalismo y el comunismo. También que cuando empezó la Inteligencia Artificial se hicieran partidas de ajedrez entre el campeón del mundo y una máquina para ver si estas nos estaban igualando en inteligencia. Entonces yo me pregunto que por qué con el ajedrez, podían haber utilizado la física, las matemáticas… Entonces claro yo siempre he pensado que allí había una novela, lo que no sabía era dónde ubicarla, con qué personajes, las tramas….Es una novela que viene de muy atrás, lo que pasa es que me faltaba donde ubicarla y el elemento principal que era la reina.

P.- ¿Hay que romper las reglas para cambiar las cosas?
R.- La idea de la novela es precisamente esa, que llega un momento en que si quieres que cambien las cosas tienes que romper las reglas. La novela hace un doble juego con el ajedrez, si quieres que el juego evolucione no te valen las normas que hay, necesitas algo nuevo, necesitas cambiar las reglas y convertir a una figura en algo que no era antes. Y eso en la novela también se traduce en el contexto político. A veces tienes que coger y sobre el mismo tablero tienes que jugar con unas reglas distintas y entonces hay veces que hay que cambiarlas. Los cambios de época conllevan unas transformaciones tremendas y es que a veces tienen que ser así, a veces hay que hacer una gran transformación y que en cuestión de 20 años mires atrás y no reconozcas lo que hay. Grandes cambios para seguir progresando.

P.- Los libros siempre están presentes en sus novelas y en esta Jorge Manrique salta como personaje…
R.- A mí me gusta incluir personajes históricos pero que no sean muy conocidos como Jorge Manrique del que solo conocemos "Las coplas a la muerte de su padre" y poco más. Realmente es un personaje muy novelesco, porque es un caballero, muere joven… Y relacionado con él está uno de los temas que siempre trato de utilizar en mis novelas que es el mundo del libro en la época. Es muy interesante en ese momento porque se inventa la imprenta, pero todavía no ha llegado a España y en cambio hay un déficit de libros, hacen falta libros porque no hay, no hay porque las universidades demandan muchos libros, las grandes instituciones religiosas demandan libros, el comercio ha despegado y se comercia mucho con libros, los grandes nobles quieren tener libros porque aumentan su estatus social… y no hay libros porque la imprenta todavía no ha llegado.

P.- La novela tiene mucho ritmo…
R.- El ritmo es esencial en la novela. Es muy difícil porque una novela histórica siempre necesita un poquito más de tiempo que otro tipo de novelas, en la policiaca por ejemplo es mucho más fácil. Y en la histórica para conseguir ritmo el thriller es muy útil. Utilizar el lenguaje del thriller que no se usa normalmente en la novela histórica pues ayuda a que la novela sea muy rápida, aunque descubras cosas, aprendas historias, viajes por ciudades, conozcas castillos, palacios… pero lo haces a un ritmo de thriller.

P.- Algunos dicen que ha llegado al Olimpo de la novela histórica. ¿Se siente ahí?
R.- Ha sido muy difícil porque yo he escrito ya muchas novelas y el camino ha sido largo y muy difícil por eso sigo valorando todo y sigo haciendo presentaciones en sitios muy grandes pero también muy pequeños. Yo sé lo difícil que es llegar a una editorial grande y que los lectores te sigan porque a mí no me han caído lectores del cielo. Hay lectores que me acompañan desde el principio y eso tiene mucho valor porque tienen todas las novelas. Recuerdo siempre con cariño en Valladolid que había una lectora de 80 años que tenía todas mis novelas y las tuvo que traer en un carrito de la compra.