Espido Freire: "Siempre he buscado aquel camino engañoso en el que acabas en un destino inesperado"

Espido Freire es una de las escritoras más valoradas del panorama español
photo_camera Espido Freire es una de las escritoras más valoradas del panorama español

Con nueve años su profesora de Lengua le regaló "Los últimos años de Pompeya", una novela que a la Espido Freire de entonces le abrió "la furia lectora" y que a la de ahora le parece "bastante floja". Esa niña que devoraba libros se convirtió años más tarde en la escritora más joven de la historia en llevarse un Premio Planeta. Aunque ella prefiere decir que fue "Melocotones helados", su novela, quien se lo llevó. Más allá del vértigo de un galardón como aquel, "pues a los 25 no se siente vértigo por nada", Espido Freire se impulsó y aprovechó una oportunidad. Una oportunidad que vuela tras los pasos de Jane Austen en el ensayo, lo "noir" en la novela y un viaje por la historia de la mujer a través de 100 objetos. Dice que ya no le queda nada por hacer, quizás probar algo de realidad virtual o intentar entender la inteligencia artificial y que siempre le ha gustado explorar esos caminos engañosos que te llevan a sitios que no esperas.

PREGUNTA.- Le conceden el premio de Honor del Festival Aragón Negro. ¿Cómo lo recibe?
RESPUESTA.- Este premio es la culminación de varios encuentros que he tenido en los días previos porque Aragón Negro no es solamente este premio. Es un premio a toda la trayectoria, eso significa que no lo decides tú sino que ciertas personas en determinados momentos dicen que tú tienes unos méritos o que ellos creen que los tienes. Te puedes imaginar la ilusión, sobre todo de una tierra a la que he estado muy vinculada como es Aragón lo emocionante que es.

P.- Escribió "La diosa del pubis azul" junto a Raúl del Pozo. ¿Qué influencia ha tenido la novela negra en su pluma?
R.- Efectivamente tengo esa novela negra y un buen puñado de relatos que ahondan en esa dirección. Lo cierto es que cuando hablamos de géneros las definiciones no están tan claras porque una misma historia puede contener diferentes capas en thriller, en negro, en crimen y el propio negro se te puede colar en lo fantástico o puede estar en determinados elementos históricos. En mis novelas siempre hay alguien que asesina y alguien que es asesinado. Entonces ese componente en cierta medida negro las atraviesa a todas. Sí soy una lectora muy activa de novela negra, noir, policíaco, thriller...

Freire, Premio de Honor que otorga el Festival Aragón Negro en su X edición

P.- El escritor Juan Bolea dijo de usted que era una de las mayores artífices del Romanticismo en nuestro país y que tenía una voz propia que retumbaba en la literatura. ¿Cómo definiría esa voz? ¿ De dónde surge?
R.- Es cierto que he hablado mucho de la relación que tiene la literatura contemporánea con el romanticismo que es cuando el noir comienza a aflorar y comienzan además también las subtramas góticas. He saltado entre géneros y ese es uno de los rasgos de mi personalidad literaria. Además, lo he intentado hacer con la mayor seriedad y con todo el talento del que soy capaz. Creo que en ficción soy una buena creadora de atmósferas y tengo ojo para la psicología del personaje, creo que eso es reconocible, creo además que es fácil de detectar y hasta he tenido imitadoras, lo cual es un elogio. Luego en no ficción lo que siempre me ha interesado es acercarme a los problemas de siempre desde una problemática nueva. Mi último libro habla de la historia de las mujeres a través de los objetos, cuando me he acercado a Jane Austen lo he hecho a través del viaje y a los psicópatas a través de los cuentos de hadas. Siempre he buscado aquel camino que pudiera parecer engañoso porque hablamos de una cosa para acabar en otro destino.

P.- Con "Melocotones helados" se convirtió en la ganadora del Premio Planeta más joven en la historia de los premios. ¿Sintió vértigo entonces?
R.- Con 25 años no te da vértigo nada (risas). Era un premio a una novela no a mí. Entonces eso hacía que parte de mi atención o parte de la posible vanidad que puedes tener por haber ganado un premio se desviara inmediatamente al trabajo y no a pensar que "yo lo he ganado". Me sirvió como una oportunidad que no debía desaprovechar y creo que no lo hice. Lo que me da vértigo es ver que ha pasado tanto tiempo porque parece que fue ayer.

P.- Ha escrito “La historia de la mujer en 100 objetos". Habla de 100 pero… ¿si tuviera que elegir tres?
R.- He escogido la espada de Juana de Arco en la cual aparece Agustina de Aragón porque hablo de las mujeres guerreras y “empleadas” como metáfora del ardor guerrero en momentos de conflicto. Hablo de algunos temas que pueden parecer banales como el lápiz de labios, el rouge, que tiene miles de años de uso y antigüedad. Hablo de elementos muy españoles como puede ser la mantilla o el abanico… Quiero rendir homenaje al ingenio y a la vida cotidiana de muchas personas pero sobre todo de mujeres que estuvieron condicionadas por esos objetos. Eso me permite ser más justa con cómo hemos estado viviendo la historia hasta ahora.

Espido Freire es también creadora de contenidos para marcas y protagoniza en frecuentes campañas de publicidad

Me he dejado algunos objetos claro, falta una mayor atención a la música, pero con eso estaríamos hablando de compositoras y no tanto de partituras. El hecho de hablar de objetos me ponía un límite determinado en ese tipo de parámetros. Muchas me han hablado de recuerdos personales, tal perfume, el olor de los polvos de talco…

P.- ¿Cuáles son esos objetos que cuentan la historia de Espido Freire?
R.- Qué interesante… Uno sin duda sería mi ordenador, el que pilles en ese momento porque ya se sabe la vida media de un ordenador ahora…Suelen ser generalmente procesadores de texto muy pequeñitos portátiles ligeros. Otro sería mi maleta y dentro de la maleta algo que creo que me caracteriza mucho como es la ropa, el uso de la indumentaria como forma de expresión.

Luego podría hablarte de un libro que me regalaron cuando tenía nueve años, “Los últimos años de Pompeya”, de Bulwer Lytton y que desató mi furia por la lectura, yo ya era una ratoncita de biblioteca pero con ese libro muchísimo más. Otro sería el cepillo de pelo porque en algunas ocasiones esto también ha sido una señal de identidad, el cabello largo.

Con "Melocotones helados" se convirtió en la ganadora del Premio Planeta más joven en la historia de los premios

P.- ¿Cuáles son sus referentes? ¿Hay otro libro que le haya marcado especialmente?
R.- Curiosamente aunque haya estudiado mucho a Jane Austen no es la autora que más me ha influenciado. Si estamos hablando de unas influencias más directas, hablaríamos de Shakespeare, hablaríamos de Emily Brontë, de Tolstoi, de Virginia Woolf, Sylvia Plath y en los últimos años de una manera muy marcada, Margaret Atwood. A partir de ahí, todos los grandes novelistas del siglo XIX y algunos autores del Siglo de Oro Español que escribieron principalmente teatro.

El libro del que te he hablado antes la verdad es que es muy especial porque me lo regaló mi monja favorita, mi profesora de Lengua en el colegio. Es una novelita histórica bastante floja, muy sentimental, que habla de cómo los cristianos se enfrentan en un momento determinado a los “malvados” romanos pero enlazaba muy bien con mi gusto por la historia de la época, por el drama y por llevarme a un mundo y a una época diferente. Entonces ese libro en las distintas versiones que me han ido regalando es el que salvaría de un incendio.

P.- Fue tras los pasos de Jane Austen en un ensayo. Ahora hay toda una eclosión de la “literatura y cine de tacitas” entre los Bridgerton o la versión de Emma en el cine. ¿Cree que este tipo de producciones están denostadas o se consideran como literatura menor?
R.- Yo creo que toda temática puede abordarse con ambición literaria o ambición de entretenimiento y que los mismos temas que trataba Jane Austen los trataba Flaubert. Muchos de los prejuicios tienen que ver con el enfoque y tienen que ver con el autor. También es cierto que en los últimos tiempos hemos tenido algunas adaptaciones de ficción histórica que son entretenidas pero que no cuentan con gran calidad, ni literaria ni cinematográfica. Eso es una cosa, lo que te gusta es otra.

Me parece que muchas veces es una actitud elitista lo de imponer los gustos. Otra cosa es educar en la calidad, es decir si tienes un criterio determinado puedes disfrutar de cualquier obra menor y al mismo tiempo reconocer sin ningún tipo de complejo que te gusta y ya está. Si de verdad quieres recurrir a grandes obras literarias o grandes adaptaciones literarias es muy probable que también las encuentres en textos y adaptaciones como, por ejemplo, la que Emma Thompson hizo de “Sentido y sensibilidad” a la que no se le puede poner un pero. Entonces me da la sensación de que muchas veces no es tanto la obra como es la intención con la que se ha hecho. Sí que hay mucha displicencia, hay mucha condescendencia, sobre todo cuando hay temas relacionados con lo fundamentalmente femenino.

P.-¿Proyectos futuros? ¿Qué es eso que aun no ha hecho y le gustaría hacer?
R.-No lo sé (risas) Acabé muy agotada después de hacer “La historia de la mujer en 100 objetos” porque ha sido un esfuerzo importante ya que al libro le acompañaban 50 páginas de bibliografía, imagínate… Inmediatamente después entregué un libro infantil y ahora estoy finalizando un libro juvenil y también tengo pendiente la entrega de una novela histórica. Es como que siempre enlazo una cosa con otra y necesito sentarme para planificar en qué me quiero meter.

La verdad es que ya no me quedan géneros, lo único que me queda es participar de manera directa en una película o en una serie de forma inmediata. Todo lo demás, mejor o peor porque que lo hayas hecho no significa que lo hicieses bien, ya lo he cubierto. Constantemente surgen nuevos formatos por lo tanto de aquí a quizás dos años es posible que estemos hablando de la realidad aumentada, que es algo que me fascina, o la nueva herramienta que es la inteligencia artificial con la que todavía no sabemos muy bien qué hacer o qué limites poner. No sé si eso dará origen a prohibiciones o a géneros híbridos o sencillamente a utilizarla como un arma de documentación. Creo que en poco tiempo surgirán nuevos retos y todavía no me he cansado de experimentar y de probar cuestiones nuevas. Sí que es verdad que me quiero centrar en novela en los próximos años.