María López
María López es socia fundadora y gerente del Teatro de las Esquinas

Cree que la cultura con mayúsculas debe tener su espacio, aunque a la gente le cueste más verla por eso de que no haya un cabeza de cartel o un título reconocido. Quizás por eso, María López Insausti (Zaragoza, 1964) decidió hace más de una década embarcarse en la odisea de abrir un nuevo teatro en la capital aragonesa junto a miembros de su compañía, Teatro del Temple, y de la también aragonesa Che y Moche. Lo llamarían Teatro de las Esquinas y como todas las buenas aventuras su creación fue como caer por un precipicio y también como alcanzar la gloria. Hoy es el teatro de los aplausos y en sus tablas se han representado unas 1.200 funciones que han hecho vibrar a casi 400.000 espectadores. Este sábado cerrarán una temporada más (y ya van once) con la mirada puesta en seguir yendo con todo en esto del teatro.

PREGUNTA.- Si echa la vista atrás, ¿cómo han sido estos diez años del Teatro de las Esquinas?
RESPUESTA.- Fueron unos inicios muy duros, muy complicados porque éramos dos compañías que no teníamos un capital importante y nos metimos en un riesgo de créditos y de trabajo muy complicado. Los primeros años fueron muy duros, sobre todo por la incertidumbre porque no sabíamos dónde nos iba a llevar esto. Sí que es cierto que el público empezó a responder muy bien desde el principio y ha sido muy gratificante. Como en casi todas las aventuras ha tenido sus momentos de precipicio y sus momentos de gloria, pero el balance general yo creo que es muy positivo. Tenemos un teatro que abre prácticamente todas las horas del día, casi todos los días de la semana, con un equipo de trabajo fantástico de 50 personas, con unas posibilidades de exhibición de traer música, teatro, circo, danza… de todo. También tenemos una escuela estupenda que ya va por 800 alumnos. Además, tenemos una capacidad de desarrollo para los próximos 10 años con lo cual es todo súper positivo.

El Teatro de las Esquinas cierra su programación con una gran fiesta este jueves

P.- Abrieron un teatro en pleno barrio de las Delicias. ¿Querían descentralizar la cultura?
R.- Lo que al principio parecía que iba a ser una desventaja al no estar ubicados en el centro de la ciudad acabó siendo una gran benevolencia gracias a un barrio que nos ha acogido con muchísimo cariño, un barrio muy amplio que además cuenta con la fortuna de que estamos en una situación física que nos relaciona con otras zonas. Hemos visto que el público cuando quiere ir a ver un espectáculo que le gusta le da igual que sea en el centro o que sea en la periferia. Nos enorgullece pensar que hemos aportado a este barrio y que lo hemos enriquecido cultural y económicamente.

P.- El concierto de José Luis Urbén y su gente cerrará el sábado una temporada en la que ha habido de todo. ¿Qué balance hace?
R.- Ha sido una temporada de recuperación. Ya hemos perdido definitivamente el miedo al Covid que todavía mantuvimos durante la temporada pasada porque la incidencia continuaba siendo alta, con lo que este año ha sido de normalización. Todavía no hemos recuperado los números del 2019, que realmente estaban siendo muy buenos, pero estamos en ello. Hemos vuelto a crecer en números tanto en público como en alumnos y en actividad.

P.- Han vuelto a repetir con ciclos como el Teatro Rebelde, Mujeres a Escena o Delicias Clásicas…
R.- Los ciclos son nuestro buque insignia porque es cierto que es un teatro que no está destinado a las grandes mayorías de público porque es más desconocido, pero es un teatro exquisito, muy bien hecho, donde vienen compañías de todo el territorio de una grandísima calidad y son como nuestros niños mimados. Tenemos el de Mujeres a escena, el de clásicos, el Teatro Rebelde… y queremos aumentarlos de cara al año que viene con un ciclo de danza porque creemos que la cultura con mayúsculas tiene que tener su espacio aunque al público le cueste más verla porque no hay un cabeza de cartel o no hay un título que les enganche, pero yo les animo muchísimo porque se van a sorprender ya que hay obras con una calidad artística impresionante.

P.- ¿A dónde quiere llegar el Teatro de las Esquinas?
R.- Queremos seguir participando en proyectos que nos ilusionen y de los que aprendemos y disfrutamos cada día. Hay cosas que queremos que sigan como están, quizás que venga más público a estos ciclos es uno de nuestros objetivos principales. También mantener la Escuela de Artes Escénicas y dar un paso más allá de cara a profesionalizarla un poco buscando alumnos que ya hayan acabado sus estudios reglamentarios y que quieran meterse en el mundo del teatro como oficio. Este es un proyecto que empezaremos a desarrollar a partir de 2025 y creemos que dentro de la línea que llevamos, que es una línea que nos funciona muy bien, queremos ir sumando estos proyectos más colaterales a la programación del teatro pero que también la enriquecen y la alimentan.

P.- ¿Cómo es esa programación?
R.- En las Esquinas jugamos con todo, jugamos con cabeceras de cartel, con grandes compañías, siempre decimos que la programación es ecléctica y lo que queremos es que venga todo tipo de públicos desde niños a adultos, ancianos, rebeldes, no rebeldes, gente clásica… de todo. Es una programación muy variopinta de música y teatro en todas las variedades posibles de géneros teatrales. Hemos conseguido traer a figuras importantes a nivel nacional como El Brujo, Lola Herrera, Concha Velasco, Nuria Espert…porque es un teatro que hemos sabido posicionar a nivel nacional como un teatro importante. Estamos dentro de la Red Nacional de Teatros y el Teatro de las Esquinas es ya considerado por casi todos los artistas, compañías y productoras grandes y pequeñas como un espacio en el que recalar en su paso por Zaragoza.

P.- Hablando de esto… ¿Cómo ve el el mundo de las artes escénicas en Aragón?
R.- Siempre digo que las compañías aragonesas somos muy resilientes, que somos como flores del desierto, estamos en un territorio muy hostil, muy complejo, que no suele valorar lo propio, lo cual nos hace trabajar mucho más duro si lo comparamos con lo que ocurre en otras ciudades donde sí que están bien apoyadas y consideradas. Por otro lado, esto nos ha obligado a salir fuera de nuestra Comunidad, por lo que en Aragón tenemos varias compañías que están muy bien situadas a nivel nacional. Tenemos una fortaleza adquirida a base de resistir y de buscarnos la vida por todo el territorio nacional y parte del extranjero, pero en Aragón seguimos siendo muy poco valoradas en general. No hay una política cultural que apoye lo que tenemos en teatro, cosa curiosa porque se aprecia muy bien cuando hay una compañía de danza que destaca pero no se aprecia tanto cuando lo hace una compañía de teatro. Y en Aragón hay compañías de teatro que destacan y mucho.

P.- ¿Falta más implicación institucional en el teatro?
R.- Por supuesto que sí. Creo que tenemos una riqueza muy importante que ya está, que no hace falta crearla porque ya la tenemos aquí, y si esa riqueza se apoya de manera conveniente y se potencia pues se puede multiplicar por diez. Creo que sí, que se necesita una política de artes escénicas realista; es decir, esto es lo que tengo y esto es a lo que quiero llegar. Y eso es lo que no se ha hecho nunca en esta Comunidad.

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