El Huesca se mantiene colista y a siete puntos de la salvación. Foto: S.D.Huesca

La S.D. Huesca firmaba un empate en El Alcoraz, 3-3, frente a un Celta de Vigo al que supieron remontarle los dos tantos iniciales, pero que frenó el ímpetu oscense en el tramo final. El cuadro altoaragonés se complica la permanencia a falta de ocho jornadas para el final, quedando a siete puntos.

Arrancaba un duelo de alto voltaje, propio de dos contrincantes en una batalla por asaltar la permanencia a falta de nueve jornadas para el final. En el tramo inicial se hicieron notar los nervios y el miedo existente por parte de ambos bandos. Maxi Gómez lograba abrir la lata a favor visitante en el minuto 14, en la que supuso la primera ocasión clara de peligro del encuentro.

Tras el tanto, el cuadro oscense mostraba señas de tambaleo y nerviosismo, pero a raíz de una acción clara de Pulido, el Huesca reaccionaba y se lanzaba a por el empate. El cuadro oscense hizo méritos suficientes como para poner las tablas antes del paso por vestuarios, pero de nuevo la falta de acierto no recompensaba a un conjunto azulgrana que se iría al descanso con la desventaja de un gol.

Con la reanudación, el Huesca dio definitivamente un paso al frente en busca de la remontada, pero la efectividad el conjunto gallego se hacía notar de nuevo en el minuto 57, cuando Iago Aspas doblaba la ventaja visitante con un tiro cruzado desde la frontal, poniendo el 0-2 en el marcador y complicándole mucho las cosas al cuadro aragonés.

Parecía entonces que todo estaba visto para sentencia, pero en Huesca no se rebla y después de varias aproximaciones de Cucho y Chimy Ávila, Enric Gallego lograba la recortada y anotaba el 1-2 en el minuto 63, cazando un balón dividido en el corazón del área. Poco después, Chimy Ávila ponía las tablas tras una gran acción individual, y ya en el minuto 73, fue Pulido quien tras un barullo en el área lograba poner al Huesca por delante desatando la locura en El Alcoraz.

Con el Huesca por delante, todo hacía presagiar que el Celta se hundiría en su propia frustración, pero cumplido el minuto 81, Boudebouz ponía el empate, un 3-3 que sellaba un punto para cada uno y la insuficiencia para ambos tras el pitido final.

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