El japonés Shinji Okazaki llegó a la S. D. Huesca como gran estrella del equipo con el mercado de fichajes ya solo apto para jugadores en paro. Su incorporación supuso una revolución a nivel mediático y abrió las variantes ofensivas de Míchel Sánchez. Así se ha convertido en el máximo goleador del equipo con ocho dianas, y su objetivo ahora es superar, como mínimo, los diez tantos en su primer año en España.
Precisamente, el primer encuentro tras el parón será ante el Málaga, club del que tuvo que rescindir el contrato porque no cumplía el límite salarial establecido por LaLiga. “Para mí será especial. Quiero jugar en La Rosaleda porque mientras estuve entrenaba allí. Conozco el vestuario local, a los compañeros y estoy deseando jugar ahí”, ha señalado.
Durante sus escasos dos meses en la Costa del Sol, pudo completar la pretemporada con el Málaga, pero aterrizó en El Alcoraz con la temporada ya empezada. Una sensación que está repitiendo en estas semanas antes del reinicio de la competición. “Están siendo unas sesiones duras, porque es como una pretemporada otra vez. Mentalmente es diferente, pero estamos felices de entrenar juntos”, ha afirmado.
En el confinamiento, el nipón ha podido tener “más tiempo para estar con la familia, días con nuestra pareja y niños, para hablar más, hacer otras actividades como cocinar juntos”. “Mentalmente ha sido duro, pero ha sido una buena experiencia para mantenernos fuertes”, ha añadido.
Ahora, el equipo afronta once jornadas decisivas para luchar por el ascenso a Primera División. A cinco puntos del Real Zaragoza, todos los focos están puestos en pelear hasta el final por el ascenso directo. “Tenemos que ganar y mi trabajo es marcar goles. Tengo que seguir haciendo más. Estamos muy motivados en poder conseguir el ascenso. Me gusta el ambiente con los compañeros y la afición. Tenemos que seguir juntos para poder volver a Primera”, ha concluido.
