El aragonés Sergio Ibáñez, medalla de bronce en el Campeonato de España absoluto de Judo

El aragonés Sergio Ibáñez, a la derecha de la imagen
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El judoca aragonés Sergio Ibáñez sigue haciendo historia al conseguir la medalla de bronce en el Campeonato de España Absoluto disputado este sábado en Madrid. En una competición totalmente inclusiva, Ibáñez desplegó todo su potencial sobre el tatami para obtener una presea en la categoría de -66 kg.

Durante el torneo el joven judoca español de 21 años, con discapacidad visual grave, fue ganando todos sus combates hasta perder el de cuartos de final. Después venció el de repesca y el que le otorgó la medalla final de bronce. “Me he encontrado muy fuerte, motivado e ilusionado. Tenía sensaciones muy buenas desde el calentamiento y compitiendo aguanté hasta el final”, reconoce el propio Ibáñez.

Para el técnico de judo de la Federación Española de Deportes para Ciegos, Alfonso de Diego, esta presea “es espectacular”. “Con su juventud seguramente no se esté dando cuenta de lo que está consiguiendo, pero ganar una medalla en un campeonato absoluto, sin adaptaciones, es increíble”, subraya.

Pese a corta edad, Ibáñez ya fue subcampeón nacional en 2018 y sigue demostrando que la discapacidad visual no tiene límites a la hora de conseguir metas y objetivos en el mundo del Judo. Cabe recordar que el aragonés también conquistó la medalla de plata en los Juegos Mundiales para Ciegos y el bronce en el último Europeo de Judo para Ciegos, ambos torneos disputados en 2019.

En la actualidad compagina sus entrenamientos de mañana y tarde como deportista de alto rendimiento con sus estudios de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Como reconoce el objetivo más importante a corto plazo “es llegar a los Juegos Paralímpicos de Tokio y conseguir una medalla para la que vengo trabajando muy duro desde los ocho años”.

Al margen de Sergio Ibáñez, también compitieron otros tres judocas con discapacidad visual grave. Un gran papel también hizo el madrileño Daniel Gavilán, séptimo en el torneo tras perder en cuartos de final de su categoría con el que a la postre fue campeón. Su hermano Álvaro perdió en segunda ronda, mientras que Borja Pahissa no pudo pasar de su primer combate.

Organizada por la Real Federación Española de Judo, la competición se realizó sin público y en “formato burbuja”, por lo que nadie que no estaba desempeñando una función básica para su desarrollo pudo acceder al área de combates: personal de organización, deportistas que están competiendo en ese momento, árbitros y voluntarios (limpieza y control de los desplazamientos).

Todos los participantes aportaron un control Covid previo y una vez en el hotel, se les realizó otra prueba para evitar posibles contagios y acceder al recinto de la competición que pudo seguirse vía streaming.

La utilización de mascarilla y respetar la distancia de seguridad de dos metros fue obligatoria para todos los participantes en todo momento, con las únicas excepciones de los deportistas que se encontraban en el tatami de competición y aquellos que estaban en la parte activa del calentamiento. Todas las demás personas presentes (entrenadores, organizadores, árbitros, voluntarios, etc.) utilizaron mascarilla en cualquier área y situación.

El judo, un deporte con mínimas adaptaciones

El judo es uno de los deportes con menos modificaciones para personas ciegas y sólo es preciso que los combates se inicien con los dos deportistas agarrados. Si se sueltan, el árbitro para que vuelvan a cogerse.

Existen también, algunas otras modificaciones, relativas a la forma de transmitir por parte de los árbitros a los deportistas las señales, ya que no lo podrán hacer por gestos, tal y como se hace habitualmente. Además, en este deporte existe una alta participación de personas con sordoceguera, por lo que la forma de darles los avisos también está adaptada al tacto y recogida en el reglamento.