El tanto de Oyarzabal no valía el oro. Foto: Selección Fútbol

No pudo ser. El oro olímpico en la disciplina del fútbol viaja camino de Brasil tras imponerse los cariocas en la final a España por 2-1, tras un tanto en la prórroga de Malcom. Los de Luis de la Fuente lograron igualar el gol de Cunha por medio de Oyarzabal, pero la escasa fortaleza defensiva decidió el choque del lado sudamericano. El aragonés Vallejo saltó al césped en la prórroga y lució el brazalete de capitán.

El partido comenzó intenso, tratando ambos equipos de ahogar la salida del balón rival. También con mucho respeto, teniendo en cuenta la calidad individual de futbolistas como Pedri y Richarlison, dejando poco espacio para la imaginación. De hecho, la primera y muy clara llegaba tras un centro lateral de España, que Diego Carlos despejaba defectuosamente. Eso sí, el zaguero del Sevilla enmendaba su error evitando el tanto prácticamente en la línea en el minuto 16.

El dominio de la posesión era algo más favorable a la selección española, pero con escasa profundidad. Algo que no parecía importarle en exceso a Brasil, cómoda en su papel de esperar la pérdida rival. Era Richarlison el primero en intentarlo, tras un pase de Arana al interior del área, pero su disparo se estrellaba en el 25 en el lateral de la red de Unai Simón.

Y hasta ahí, con un centro chut sin peligro de Asensio, se acababa España. Brasil amenazaría de nuevo y de qué manera con un penalti de Unai Simón tras arrollar a Cunha. Era Richarlison el encargado de lanzarlo, pero su disparo se marchaba muy alto tras tratar de buscar la parte alta de la portería española. Quien no fallaría al filo del descanso fue Cunha, aprovechando un error colectivo de la zaga, excesivamente blanda, para adelantar a los cariocas y marcharse camino de los vestuarios con 1-0.

Segunda parte

La reacción de Luis de la Fuente, más que necesaria, pasaba por la entrada de Carlos Soler y Bryan Gil por Mikel Merino y Marco Asensio. Gil ponía el primer susto de la segunda mitad, pero el remate de Oyarzabal lo detenía, él no quería, Carlos Soler cuando parecía que iba a llegar el empate. Eso sí, con España más volcada, Brasil tendría las suyas a la contra.

La primera caía el ariete en fuera de juego, pero a la segunda, Richarlison tumbaba a Eric García con comodidad y su disparo lo detenía primero Unai y segundo el travesaño, en lo que podía haber sido prácticamente la sentencia en el 52. Pero el fútbol no entiende de “casis”. Una gran asistencia de Carlos Soler al segundo palo, donde aparecía Oyarzabal, culminaba con un auténtico golazo sin dejarla caer del futbolista de la Real Sociedad para poner las tablas en el 61.

Carlos Soler había cambiado por completo el ritmo del partido y España, ahora sí, era superior a su rival. También Bryan Gil, amenazando al veterano Dani Alves. Se pudo llevar el gato al agua en el 84 con un centro envenenado de Óscar Gil que se estrellaba en el larguero, casi emulando a Goikoetxea y su mítico tanto ante Alemania. Merecía más el combinado nacional tras su sobresaliente reacción en la segunda parte. Y más cuando Bryan Gil, tremendo futbolista, se sacaba un latigazo con la zurda que volvía a estrellarse en la madera defendida por Santos. Pero nada cambiaría ya el destino, camino de la prórroga.

Prórroga

Entraría el aragonés Jesús Vallejo en la prórroga y no se puede decir que no tuviera trabajo. Más bien al revés. El primero en poner el susto fue Malcom, o varios incluso, porque su velocidad superaba con facilidad a la defensa española. Sin duda, Brasil buscaba dar un paso adelante tras una segunda parte timorata. De nuevo Arana, por banda zurda, obligaba a Unai Simón a intervenir con una gran mano que cortaba un centro peligroso.

Los mayores méritos de Brasil en la prórroga se confirmaron en el 108. Balón largo para Malcom, que se comía por velocidad precisamente a Vallejo, para definir después ante Unai Simón. Era el 2-1 y un palo enorme para la expedición española. Lo intentaría con más corazón que cabeza hasta el final España, pero por entonces el equipo ya andaba roto, sin fuerzas y con los cariocas cómodos con el poderío aéreo de sus dos centrales.

Brasil se llevaba el oro olímpico finalmente, mientras que España tenía que contentarse con la plata. Un mérito muy grande para la Selección nacional, pero que sabe amarga por la forma de caer.

LO MÁS VISTO