JIM augura cambios ante la Ponferradina porque “algo se está haciendo mal”

Juan Ignacio Martínez ha anunciado a la plantilla las nuevas variantes. Foto: Real Zaragoza
photo_camera Juan Ignacio Martínez ha anunciado a la plantilla las nuevas variantes. Foto: Real Zaragoza

Inmerso en una racha de resultados muy extraña, con seis empates consecutivos, el Real Zaragoza busca una victoria este jueves en casa ante la Ponferradina. Urge lograrlo, porque punto a punto no se sale de la zona de abajo y el objetivo es colarse entre los primeros clasificados. Además, como ha indicado el míster, Juan Ignacio Martínez, “algo se está haciendo mal” cuando los resultados no llegan, por lo que ha augurado cambios en el equipo.

El conjunto maño recibe a la Ponferradina después de un empate en un campo difícil, en Málaga. Es de los que supo bien porque se trata de sumar, pero en conjunto urge hacerse con el botín de tres puntos de una tacada. A partir de ahí, los jugadores “se encuentran bien”, y si ha habido alguno alicaído en algún momento, “se hace un pequeño parón para recuperarlo”.

Sin embargo, JIM, valorando la situación, ha reconocido que “algo se debe estar haciendo mal”, y ha insistido en esta cuestión. “Soy el primero que hace autocrítica, algo tienes que estar haciendo mal porque la victoria se resiste”, ha señalado en su comparecencia previa al encuentro. Por tanto, ha intervenido para hacer “una serie de cambios en el transcurso del partido para mejorar lo que no se está haciendo bien”.

No está hablando de un cambio de sistema, porque “durante el transcurso del partido se hacen muchas variantes”. De hecho, en el estilo definido tiene confianza, y aunque no llegue la victoria, “las sensaciones son buenas”. “Me refiero a cuando el rival se te adelanta, vamos a intentar que no pase”, ha señalado. Lo cierto es que “es difícil” porque los maños son un conjunto “en despliegue, con muchos jugadores por delante del balón, que busca la portería contraria”. Por lo tanto, hay que estar “muy alerta” y aplicar las correcciones.

Lo que permanecerá son los automatismos que ha promovido siempre: presión alta, cuidar la espalda, repliegues fuertes y todo lo que les caracteriza para “neutralizar al rival”. Este es el Real Zaragoza del míster, que no se siente especialmente en el ojo de mira por los resultados. “Desde el primer día que firmo un contrato en un club sé que voy a estar cuestionado, pero hay más. Me cuestiono a diario todo lo que hago, desde el primer día que aparezco, sé lo que es mi profesión. Al entrenador de fútbol no le vale más que ganar”, ha aseverado el técnico.

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