En julio de 2014, el Real Zaragoza caminaba hacia su liquidación con una deuda superior a los 100 millones. Los problemas con Hacienda y acreedores hacían imposible la viabilidad y, de no afrontar los pagos, la Liga no permitiría su inscripción. En esta situación, un grupo de empresarios decidió brindar un futuro al equipo. Lo hicieron en la parcela económica, reduciendo la deuda a algo más de 67 millones, y les quedó un pero: el apartado deportivo. Después de este tiempo, el equipo sigue en Segunda con escasas opciones de ascender.
Ahora que ha llegado un nuevo grupo inversor, la idea es dar un impulso a esta parcela, asumiendo la deuda y presentando un proyecto candidato a lo más alto del fútbol español. Pero entonces, hace ocho años, era la Fundación Zaragoza 2032 quien asumía las riendas. En el Consejo de Administración se encontraban el presidente, Christian Lapetra; el vicepresidente, Fernando Sainz de Varanda; y los consejeros Carlos Iribarren, Fernando de Yarza y Fernando Rodrigo. De ellos solo quedaba hasta el día de hoy Varanda y Yarza.
Fueron entrando y saliendo diferentes figuras. Iribarren y Fernando Rodrigo lo dejaron en julio de 2019, a la vez que llegaron Luis Blasco, Uguet de Resayre y Juan Forcén. De hecho, esos tres han suplido hasta el día de hoy a ambos. Y hace escasas semanas fue Lapetra quien dejó su cargo de presidente, puesto que sigue vacante. Eso sí, las acciones, a excepción de una ampliación de capital de Alierta para ser el principal, se mantuvieron estables.
El brazo ejecutivo tampoco ha sufrido importantes cambios en este tiempo. Luis Carlos Cuartero asumió la dirección general de la entidad unos meses después de la llegada de la Fundación. Tampoco se vieron cambios en el área financiera, con Mariano Aured a la cabeza, ni en las de Comunicación, con Miguel Gay al frente, o Marketing, con Carlos Arranz. Sí que se han visto cambios en la dirección deportiva, con nombres como Ángel Martín González, Narcís Julia, Lalo Arantegui o el actual, Miguel Torrecilla.
El problema deportivo
Si bien la deuda se vio considerablemente reducida, la faceta deportiva se quedó en el debe. En la primera campaña, con Martín González en la dirección deportiva, el equipo quedó sexto, y el ascenso a Primera se marchó con un gol de Las Palmas a siete minutos del final. Jugadores como Bono, Cabrera, Vallejo, Diego Rico, Ruiz de Galarreta, Borja Bastón o Willian José, habituales en plantillas de máximo nivel español, brillaban en el cuadro maño. Y nunca volvió a estar tan cerca de lograrlo como lo hizo con Ranko Popovic.
Llegó una temporada de altibajos, pero cuando el equipo se centraba en el playoff, un 6-2 de la Llagostera hundió las ilusiones del zaragocismo, en la 2015/16. Después, otra campaña de sufrimiento con tres entrenadores: Milla, Agné y Láinez. Con Natxo González volvió la ilusión a la hinchada, con un tercer puesto y un playoff que terminó en descalabro y la condena a otro año en Segunda. A partir de ahí, la 2018/19 con Idiakez, Alcaraz y Víctor Fernández para salvar al equipo y una nueva campaña de sobras conocida: directos a Primera para despeñarse tras el estado de alarma.
Poco hay que recordar de la llegada de Juan Ignacio Martínez tras las apuestas fallidas de Baraja e Iván Martínez. Ahora, en el segundo año de JIM, el Real Zaragoza se encuentra con escasas opciones de meterse en playoff. Y en esta tesitura, la entidad blanquilla pone fin a ocho años donde ha sobrevivido a las dificultades económicas y donde lo deportivo no ha acompañado. El Real Zaragoza abre así una nueva etapa de su historia.