Tercer partido de competición y tercera oportunidad para el Real Zaragoza para sumar por primera vez tres puntos de una tacada. El casillero de victorias está todavía sin estrenar para los maños, pero ha dejado buenas sensaciones que, incluso, pudieron transformarse en victoria. Ahora, ante el Cartagena, en un duelo de contrastes, ha llegado el momento de hacerlo.
El motivo por el que se trata de un duelo con un abanico extremo de sentimientos no es solo uno, pero probablemente, el más destacado es el que deriva del resultado. Ganando, tras dos empates, el equipo se planta invicto en la zona noble de la tabla con cinco puntos de nueve. Pero todo cambia como no se haga: tres partidos seguidos sin triunfo, a pesar del empate, generarían nervios en la vuelta a La Romareda. Ni que decir tiene una derrota y plantarse con dos puntos de nueve posibles.
Otro contraste se encuentra en los casilleros. El Real Zaragoza llega a Cartagonova con un sobresaliente en defensa y un suspenso en ataque (y en emoción). Cero goles a favor y cero en contra; consistencia defensiva y falta de gol. Justo al revés que los murcianos, donde el sobresaliente está precisamente arriba y el suspenso atrás. Suman cinco goles a favor, cinco en contra y un solo punto más.
Por último, se puede hablar de una revancha o un hundimiento. Es el momento de que los maños, como bien dijo Fran Gámez, se recuperen del 3-0 sufrido en Cartagena hace unos meses. El cuadro maño necesita ahora transformar las buenas sensaciones en goles y puntos para presentar su candidatura oficialmente en los puestos altos.
Duelo sin 9
Los de Juan Carlos Carcedo volverán, por tercer choque consecutivo, a jugar con un parche en la punta de ataque por la baja de Azón. Simeone y Mollejo, a pesar de no ser delanteros centros, se postulan como titulares tras dos partidos de Narváez en los que no ha demostrado su valía. Al atacante, en la rampa de salida, deberá salir para que los maños puedan hacerse con un 9 puro.
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