Miguel Linares: "Me hice cruces cuando salí del Real Zaragoza"

El Real Zaragoza se mide al Real Oviedo y el exdelantero Miguel Linares lo vivirá con un cosquilleo particular
Miguel Linares
photo_camera El Real Zaragoza se mide al Real Oviedo y Miguel Linares no se atreve a decir su preferido

El Real Zaragoza se mide al Real Oviedo y el exdelantero Miguel Linares lo vivirá con un cosquilleo particular. Tras cumplir su sueño en el primero de ellos y haberse hecho hijo adoptivo de la ciudad asturiana, no se atreve a decir su preferido. En el repaso a su trayectoria afirma que se hizo "cruces" cuando salió del Real Zaragoza.

PREGUNTA.- Oviedo – Real Zaragoza: un partido especial
RESPUESTA.- Siempre serán los dos equipos de mi corazón. Uno venía de serie, el Real Zaragoza, y el otro se metió por méritos propios. Estuve cuatro años muy bien, preguntando por mí allí ves el cariño que me dan y me siento muy agradecido.

P.- ¿Ese corazón está dividido o es zaragocista?
R.- Es zaragocista, pero en un partido así, nunca diré quién quiero que gane. Hay mucha afición en el Oviedo, me siguen en todos lados y solo por un oviedista o un zaragocista no me atrevería a decirlo. Se podrían ofender y prefiero guardarme mi pensamiento.

P.- Comenzó su trayectoria en el filial del Real Zaragoza, ¿qué pasó para que se marchase?
R.- No contaban conmigo. Ojalá hubiera podido hacer toda la carrera en el Real Zaragoza, pero si no, no hubiese podido conocer al Real Oviedo. He disfrutado mucho tantos años que he estado fuera. Estoy agradecido por haber podido vivir tantas cosas.

P.- Aterrizó tarde…
R.- Llegué a pensar que no se iba a dar; con 36 años es complicado. Me encontraba muy bien, seguía con gol y lo demostré los minutos que tuve, pero pensaba que era un tren que no pasaría. Siempre estaré agradecido a Lalo y al cuerpo técnico, fue un regalo estar esas dos temporadas.

P.- La primera en el fútbol profesional fue con el Salamanca y después en Elche
R.- Me voy allí del Alcoyano y me traspasan el Elche porque está el mismo entrenador que tuve en Alcoy: el gran Bordalás. Sigo teniendo relación con él. El Salamanca fue el primero que apostó por mí, firmé dos años y, en la pretemporada del año siguiente, el Elche pagó un traspaso. Sufrí mucho porque nunca me habían operado y fueron tres en tres años, pero acabé con buen sabor de boca porque conseguimos el ascenso a Primera con Fran Escribá. Eso lo tapa todo y le da sentido a tanto sufrimiento.

Linares señala que el Real Zaragoza y el Real Oviedo siempre serán los dos equipos de su corazón

P.- ¿Qué recuerdo guarda de él?
R.- Es un entrenador propicio para el equipo. Cuando llegó, seguía recuperándome de una lesión y no jugué mucho. Tiene totalmente controlados los partidos, sabe perfectamente lo qué va a pasar. Ese año fuimos líderes de la jornada 1 a la 42. En las charlas de los partidos decía lo que iba a pasar, qué cambios iba a hacer el rival… Tengo buenas sensaciones y muchas esperanzas. Ojalá le den un proyecto en condiciones para atacar el ascenso desde la jornada 1.

P.- ¿Qué necesita el Real Zaragoza para ascender? Usted estuvo cerca…
R.- Nos mató la pandemia. El equipo iba lanzado y no sé qué pasó. Es una pregunta que nos hemos hecho todos y nunca sabremos responder. Empezar bien la temporada te da margen para tropezar, porque no hacerlo es prácticamente imposible y te da colchón. Estar en casa fuerte, ser un bloque, tener recursos, jugadores de calidad contrastada, gente arriba que marque diferencias… Atrás la tenemos, con uno de los mejores porteros de la categoría. Confío el año que viene en disfrutar desde el inicio.

P.- ¿Con lo que hubo ese año vale para ascender?
R.- Sí. Éramos un bloque muy sólido con un loco arriba que las metía de dos en dos, Luis Suárez. Necesitas un delantero de entre 15 y 20 goles, porque da muchos puntos. El año pasado se empataron 21 partidos, y de tener un delantero así, se hubiera peleado por cosas más importantes.

P.- Pasó por el Recreativo de Huelva también…
R.- Acabo contrato con el Elche y el primer día de vacaciones me llama Sergi Barjuan, el entrenador, que quiere contar conmigo. Acababa de salir de una lesión y un año muy complicado, no me lo pensé dos veces. Prioricé lo deportivo. Luego sabes que te lo tienes que ganar, pero cuando te llama un entrenador es que ya te conoce. No es que partas con ventaja, pero es importante. Estuvimos líderes 10 o 12 jornadas y casi siempre entre los primeros.

P.- Y llamó a la puerta el Real Oviedo…
R.- Me empezó a llamar el director deportivo, Carmelo del Pozo, en diciembre. Decía “pero cómo me llama un equipo de Segunda B”. No me cuadraba porque no tiene sentido, estaba peleando por subir a Primera y haciendo goles, pero llegó el final del verano y seguían insistiendo. Estuvieron seis meses llamándome.

P.- El Real Oviedo tiene mucho nombre…
R.- Fran Escribá dijo que no venía a entrenar a Segunda División, sino a entrenar al Real Zaragoza. Lo mío fue igual: no iba a Segunda B, iba al Real Oviedo, y metíamos 19.000 personas en el campo. Fue un año espectacular, nos salió muy bien, conseguimos ascender en Cádiz y el proyecto era para subir cuanto antes. Está costando porque la categoría es muy complicada. Dar ese paso fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, porque lo que he vivido y sigo viviendo en Oviedo es inmenso.

P.- 31 goles y el ascenso: Oviedo es una casa de acogida.
R.- Es curioso. La primera jornada jugamos contra el Sporting B y el Real Oviedo llevaba 10 o 12 años fuera del fútbol profesional. Estaban acostumbrados a jugar contra ellos y hablaban de que el año anterior, en la última jornada, habían perdido 1-4. Estaban asustados por un derbi, y me chocaba. Estaba acostumbrado a jugar contra el primer equipo. En Huelva los eliminamos en Copa e hice un doblete. No daba crédito. ¿Cómo que un derbi? Derbi será el día que juguemos contra el primer equipo, pero contra el filial no lo es.

P.- Ese partido tuvo sello zaragocista…
R.- Ganamos 3-2, marcó Generelo y yo dos en mi primer partido. En el último, la última pelota que toco acaba en gol, ganamos 2-1 al Huesca. No le di importancia, pero al día siguiente me lo dijo un amigo y era verdad. Para que veas el idilio que tenía con el Oviedo.

P.- Y eso que todo empezó antes.
R.- Estando en el Elche, con Pelayo Novo, que tristemente falleció hace muy poco, vino el Real Oviedo. Estaba a punto de desaparecer y nos preguntó si alguno quería ser accionista para echar una mano y no desparecer. Fui accionista dos años antes de ir a jugar. Mi destino allí estaba escrito mucho antes de que lo supiera y es mi casa.

P.- Se marchó tras anotar 10 goles en una temporada…
R.- Y jugar 38 partidos. Daba por hecho que me iban a ofrecer algo. A esa edad, el dinero no me importaba. Es como en el Zaragoza: si me dicen que tengo que jugar por 2.000 euros, hubiese dicho que sí. En Oviedo estaba Toché, que es una insignia. Tenía tres meses menos que yo y contrato. Quizá pesó tener dos delanteros veteranos. El fútbol es así. Si hubiera hecho toda mi carrera en el Zaragoza, no hubiera conocido al Oviedo, y si hubiera renovado con el Oviedo, no hubiera jugado en el Zaragoza.

P.- ¿Cómo se vive una situación como la que pasó después en Reus?
R.- Es muy difícil. Messi y Cristiano pueden estar meses sin cobrar, pero en Segunda División no. Cuentas con ese dinero y gastas en función de ello. La jornada 2 viene el Zaragoza a Reus y no tenía ficha, la primera vamos a Las Palmas con 12. El club hizo mal las cosas. Nos pudieron inscribir, pero cobramos un mes o dos y hasta diciembre todo fueron problemas. Ganamos en Málaga con 12 fichas profesionales. Acabamos la primera vuelta y La Liga, para mí con buen criterio, nos descendió. No podíamos competir.

P.- ¿Cómo se dio ese fichaje por el Real Zaragoza?
R.- El año del Recreativo estoy libre tras marcar 12 goles y no tenía oferta del Real Zaragoza. Estaba viendo que venían unos futbolistas que decía “no me lo puedo creer”. Acababa de demostrar que tenía gol, estaba bien y económicamente no iba a ser un impedimento. No daba crédito. Recuerdo como si fuera ahora ese 1 de noviembre. Estaba en Port Aventura cuando me llamó mi representante y me dice que le ha llamado Lalo. En ese momento no quise saber nada más, todo lo demás es historia.

P.- ¿Se alegra más de haber jugado en el Real Oviedo o en el Real Zaragoza?
R.- Lo del Real Zaragoza es un sueño que me llegó con 36 años, pero llevaba toda la vida esperando. La del Real Oviedo es una de las mejores decisiones que he tomado, pero me lo gané yo. El Zaragoza también, pero fue un regalo. Disfruté de cada desayuno, de cada entrenamiento, de cada concentración. Se me pasó volando. Cuando llegué le dije a mi mujer que eran 57 partidos: 42 de la temporada y media más. Iba restando porque veía que se iba a acabando y disfruté un montón.

P.- ¿Cómo fue el vestir la camiseta, estar con un entrenador como Víctor…?
R.- Especial. Al principio, en el gimnasio, me veía el escudo en el pecho pensando “no me la he comprado”. Estaba acostumbrado a comprarme la camiseta o el chándal. Estar en el primer equipo por méritos propios fue un sueño. La espina fue el ascenso, que lo teníamos en la mano y se nos escapó, pero por lo demás, es un sueño cumplido.

El Real Zaragoza compite contra el Real Oviedo y el exdelantero Miguel Linares lo vivirá con un cosquilleo particular. Foto: LaLiga

P.- ¿Pensó al irse que había hecho méritos para renovar?
R.- Hice cinco goles en liga y uno en copa. Allí jugué de titular, pero en Liga solo contra la Ponferradina la última jornada. ¿Quién lleva ahora seis goles? Giuliano con nueve, pero que se acerque nadie. El año pasado Iván Azón hizo siete, también Vada jugando mucho de titular. Me hago cruces porque el tema económico no iba a ser ningún problema. Por muy poco hubiera aceptado sin ningún problema. Acabo con casi 38 años, soy el futbolista más veterano en marcar con el Real Zaragoza. Otra vez creo que la edad pesó cuando había estado disponible 42 jornadas. No tuve ni una lesión, y cuando salía, hacía goles. No lo entendí, pero como haber venido fue un regalo, no me queda mal sabor.

P.- Los mismos que Zapater…
R.- Él es parte del escudo y se ha ganado el derecho a decidir hasta cuándo quiere estar en el club. Su rol lo sabe asumir a la perfección. No nos podemos comparar, estuve un año y medio disfrutando mucho, pero Zapater lleva toda su vida aquí. Puede decidir cuándo se quiere retirar y hasta cuándo quiere estar.

P.- Puso rumbo al Ejea.
R.- Tuve ofertas algún club que ha subido recientemente, pero no iba a sacar a mi familia de aquí. Mis hijos tenían su colegio, sus amigos… El proyecto del Ejea en teoría era ilusionante y en la práctica un desastre. Me rompí en Copa Federación y hasta ahí puedo leer.

P.- ¿Cómo cambia su vida tras dejar el fútbol?
R.- No es como Joaquín, que acaba la Liga y ya está. Fue largo, estuve 14 meses en el gimnasio viendo que te operan varias veces. Me hubiera gustado despedirme en el campo, pero estoy matando el gusanillo en los medios de comunicación. Sigo al club, en el mundillo del fútbol profesional con el equipo de mi vida. Así doy una opinión distinta porque lo he vivido de dentro.

P.- ¿Qué ve este domingo?
R.- El Oviedo está muy fuerte, cuando ganas te lo crees. En casa aprietan mucho. El Zaragoza tiene las bajas de Cristian y Giuliano, espero que no se note. Veo capaz de ganar a los dos porque llegan en su mejor momento. Las trayectorias han sido casi calcadas en esta temporada.