Por la banda izquierda asoma un canterano que, con el paso de los años, se ha hecho un hueco fijo en el Real Zaragoza. Carlos Nieto se ha erigido dueño de su carril y ahora asume una nueva prueba de liderazgo: la capitanía del equipo. Lo que tiene claro es su papel, y debe ser un ejemplo y transmitir que el cuadro aragonés es un grande del fútbol español.
Pregunta.- Inicio de campaña ilusionante para el Real Zaragoza. ¿Cuál es el secreto?
Respuesta.- El trabajo que hemos hecho en pretemporada. Teníamos buenas sensaciones. Los últimos resultados no fueron buenos, pero sabíamos que el trabajo sí. Los dos primeros partidos de Liga lo hemos corroborado.
P.- Toca viajar a Tenerife. ¿Qué supondría ganar allí?
R.- Tres puntos más. Ese es el secreto de la temporada: ir partido a partido. Vamos igual que estos dos primeros partidos, con la intención de ganar. Eso sí, sabemos que va a ser difícil porque es un gran equipo que ha empezado muy bien.
P.- ¿Qué mensaje lanza un capitán después de dos grandes partidos sabiendo que es solo el inicio?
R.- Que llevamos dos jornadas. Queda toda la temporada. Es bueno ilusionarse y empezar así, pero queda mucho. Solo tenemos que pensar en la siguiente jornada.
TRAYECTORIA ZARAGOCISTA
P.- Repasemos sus inicios en el Real Zaragoza
R.- Entré en el alevín, que se formaba ese año. Creo que tenía doce años, han pasado 15.
P.- ¿Contaba con llegar al primer equipo?
R.- Tienes la ilusión cuando entras. Todos los jugadores de Zaragoza quieren llegar al Real Zaragoza, porque donde has crecido y donde has visto fútbol es en La Romareda, pero no piensas que vas a ser tú el que llegue. Año a año vas superando etapas y te vas acercando y viéndolo más cercano.
P.- Debutó en la 2014/15, pero su asentamiento llegó en la 2018/19, ¿creyó que tendría que dejar el club de su vida?
R.- Lo llegué a pensar. Cuando debutas lo vives con muchísima ilusión. Ves el fútbol profesional más cerca, pero asentarse en el primer equipo es un proceso difícil. Entonces no lo pude conseguir y estuve varias temporadas en el filial. Me vino bien, me sirvió para curtirme en Tercera y Segunda B. Entonces me llegó la oportunidad de hacer la pretemporada en el primer equipo y, por suerte, logré quedarme.
P.- ¿Y tras alguna temporada con menos participación?
R.- Cuando uno no participa durante mucho tiempo es difícil. También me lo tomé como un reto profesional y personal. Todos tenemos que pasar en algún momento por ahí. Tenía ganas de reivindicarme y darle la vuelta a la situación. Por suerte, la temporada pasada pude volver a jugar de nuevo. Los fantasmas de llevar tanto tiempo en la suplencia se fueron y ya no tuve que pensar en eso.

P.- A estas alturas ya se le puede preguntar si se ve toda la vida vestido de blanco…
R.- Acabo de renovar. La temporada pasada acabé muy contento. Había estado sin jugar y conseguí darle la vuelta. Estoy feliz. En cuanto el club me propuso renovar no lo pensé. Me dio estabilidad para mejorar en el día a día y seguir creciendo como jugador. No pienso en el futuro, sino en este entrenamiento, en esta jornada y en esta temporada.
P.- ¿Cree que una de sus virtudes ha sido pasar por las dos caras de todo, también de luchar por no descender a pelear por el ascenso?
R.- Una temporada en el Real Zaragoza siempre es muy intensa. He vivido todas las situaciones posibles en estos años. Profesionalmente es bueno, he aprendido de pasar momentos difíciles. Estar en el Real Zaragoza y pelear por objetivos que no son los deseados no es nada fácil, y más si eres de aquí, que lo vives con más intensidad. Te haces más fuerte y creces.
P.- ¿Cómo vivía un chico de casa esa pelea tras haber visto un Real Zaragoza ganador?
R.- Llevamos varios años en Segunda. Profesional, personalmente y como aficionado del Real Zaragoza, tienes que ser realista con la situación actual y vivirlo desde ese punto de vista. Como aficionado he visto al equipo peleando títulos en Primera, pero en este tiempo me he dado cuenta de que, como profesional, me tenía que olvidar de eso. Mi único objetivo ha sido trabajar para haber ascendido una de estas temporadas, que es lo que necesita el club. Hay que bajar al barro, pelear cada jornada en Segunda y ojalá ese sea el camino para devolver al Real Zaragoza a donde ha estado.
P.- ¿Y qué se siente cuando ha estado en las alturas?
R.- Mucha ilusión. Ahora se está viendo. Cuando las cosas van bien, en La Romareda se forma un ambiente espectacular. Soy zaragocista y hay momentos que estoy en el campo con la piel de gallina. Ojalá siga así, hemos empezado bien y, cuando otras temporadas ha ido bien, La Romareda es un fortín. Ese es otro de los secretos.
P.- ¿Qué ha pasado para que, poniendo tanto empeño desde hace años, no se haya culminado?
R.- Eso demuestra la magnitud de la tarea. Es difícil porque la Segunda División se ha convertido en una categoría muy competitiva. Hay recién ascendidos de Primera RFEF y, aun así, son muy difíciles. Te exige mucho. Son 42 jornadas, llevamos dos y tanto queda.
P.- Y se ha estado cerca…
R.- La temporada que más, la de la pandemia. ¿Qué se puede decir de ese año? Fue una situación única, esperemos. Por desgracia, a la vuelta no conseguimos alcanzar el nivel de antes. Se tienen que dar muchas cosas. Lo importante es hacer un buen equipo, que todos estén comprometidos porque los necesitamos a todos e ir cada jornada paso a paso, que esto es muy largo.

P.- La otra reciente es la de Natxo…
R.- Entonces estaba en el filial. En el playoff pueden suceder muchas cosas. La dinámica era buenísima. El Zaragoza tenía el que más papeletas. Es muy difícil…
P.- En la de Víctor, dejando a un lado la adulteración de la competición que lo marcó todo, ¿ve algo que le haya hecho aprender de cara a situaciones similares?
R.- Fue una situación muy especial. Empezamos a jugar después de meses parados. Entrenamos bien, nos preparamos, pero ya el primer resultado fue muy malo. Entramos en mala dinámica y no podíamos coger aire porque jugábamos miércoles y domingo. Entramos en bucle, nada acompañaba y en momentos puntuales se escaparon partidos trascendentes. Nos llevó a una sensación de que las cosas no salían. Llegamos a playoff y parecía que nada estaba para nosotros.
P.– Cogiendo la parte buena de la temporada, ¿ve similitudes a este año?
R.- Cada temporada es muy distinta, los equipos cambian mucho. Similitudes podría decir que han venido compañeros contrastados que muestran ya su calidad. El bloque es bueno, hemos mantenido muchos jugadores de pasadas temporadas y hay mucho compromiso. Para lograr los objetivos necesitas ser un equipo todo el año, cuando las cosas van bien y cuando no. Eso tenemos que empezar a formarlo ya para competir todo el año.
P.- ¿Le gusta tanto esta plantilla como la de entonces?
R.- Las comparaciones son odiosas. Ves a dónde han llegado y dónde están jugando compañeros que estaban ese año y confirmas que eran grandes jugadores. Pero estoy convencido de que aquí también los hay, veo jugadores con mucha proyección, aunque eso, el tiempo lo dirá. También veo calidad, y es importante a la hora de decidir partidos, además del trabajo y la solidez que el equipo está demostrando.
CAPITANÍA Y ESCRIBÁ
P.- Este año es capitán junto a otros grandes jugadores, ¿cómo lo afronta?
R.- Lo primero que siento es mucho orgullo. Soy de aquí, llevo tiempo en el primer equipo y toda esa experiencia la quiero poner a disposición del grupo. El ejemplo que hemos tenido con Zapater es el mejor. Todos hemos visto su liderazgo y su manera de querer al Real Zaragoza. Y sabiendo la responsabilidad que tenemos para que el grupo sea fuerte y esté unido. Quiero dar ejemplo para que todo el equipo funcione, todo el equipo rinda y pueda ser un gran año.
P.- Fran Escribá dijo que estaba de acuerdo con la elección y su apuesta es firme por usted…
R.– Parte de la temporada pasada cambió a raíz de su llegada. Los primeros partidos no participé, pero enseguida vi que tenía las cosas muy claras. Si me seguía esforzando como venía haciendo podía tener una oportunidad y que confiase en mí. Fue así y salieron bien las cosas. Desde ese momento conseguí mantenerme en el once. He notado desde que llegó su confianza.
P.- ¿Cómo define al míster?
R.- Es un buen profesional, sabe a lo que ha venido. Con seriedad en el trabajo y esa cercanía con el jugador para hablar y discutir cualquier asunto. Nos tiene a todos enchufados, que es lo que hace falta. Es una competición muy dura y esto no se puede hacer con once. Se necesitan a todos.

P.- ¿Es la mezcla de experiencia y el trabajo silencioso lo que le ha llevado a la capitanía?
R.- Esas cosas definen a uno. El ejemplo es lo más importante. Tengo ya mucha experiencia, llevo seis temporadas en el club además de las categorías inferiores. Lo conozco desde que soy un crío. Todo eso me hace llevar tiempo suficiente para ser un ejemplo para los demás; para los canteranos; quiero transmitir a los nuevos lo que significa el Real Zaragoza, la magnitud y la grandeza de donde estamos, la gente que tenemos detrás y a la que queremos hacer feliz.
P.- Para ello es necesario ascender. ¿Este equipo tiene mimbres de ascenso?
R.- Estamos todos muy ilusionados. Cada temporada he empezado con esa ilusión y no puede ser de otra manera. Tener dos victorias nos refuerza a todos y se ha visto el ambiente que se ha generado en La Romareda. A partir de ahí, repito que queda mucho. Son 40 jornadas, es bueno empezar así de bien, pero nos tenemos que centrar en el Tenerife. Luego el siguiente, y después el siguiente. Esa es la fórmula.
P.- Eso sí, la plantilla impone respeto.
R.- Han venido jugadores buenos que desde el primer día están rindiendo y están contrastados. Hemos empezado con seriedad y hemos cumplido las expectativas de la pretemporada. Son señales de que hay compromiso e ilusión.
P.- ¿Augura una buena temporada?
R.- Ojalá que sí. Todos lo queremos y es nuestra ilusión.