Tres elementos de la tabla periódica han sido descubiertos por españoles, sin embargo sólo uno lleva el nombre que le diera su descubridor, se trata de un metal precioso al que se le atribuyó inicialmente muy poco valor. ¿De qué metal se trata y cómo se llaman los otros dos elementos?

Tres españoles en la tabla periódica

Tres elementos de la tabla periódica han sido descubiertos por españoles, sin embargo sólo uno lleva el nombre que le diera su descubridor, se trata de un metal precioso al que se le atribuyó inicialmente muy poco valor. ¿De qué metal se trata y cómo se llaman los otros dos elementos?

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Solución: Platino, wolframio y vanadio

PLATINO
El militar y explorador sevillano Antonio de Ulloa descubrió el platino en 1748, aunque ya era conocido por los conquistadores españoles, y antes por los egipcios. El descubrimiento lo narra Ulloa en su Relación Histórica del viaje a la América Meridional. Ulloa también participó en una expedición científica patrocinada por la Academia de Ciencias de Francia para medir el arco de un meridiano terrestre, cerca de Quito (Ecuador). La misión debía iniciarse en 1735, pero se retrasó dos años por desavenencias entre Ulloa y el presidente de la Audiencia de Quito que encarceló al español. De ahí el retraso.

Ulloa alcanzó el grado de teniente general y participó en el gran sitio de Gibraltar de 1779. España trató de recuperar sin éxito Gibraltar, en poder de Inglaterra desde la firma del tratado de Utrecht en 1713.

¿Por qué el nombre de platino?
El platino procede de la platina (palabra española que significa plata menor). La platina es un mineral compuesto de platino, hierro y cantidades variables de otros elementos. La presencia de iridio hace que el platino se fragmente con un golpe de martillo, pues el platino y el iridio no forman una aleación sino una mezcla. Gracias al uso de agua fuerte (salfumán), en España se logró separar buena parte del iridio evitando la fragmentación del platino y convirtiéndolo en un metal precioso, maleable y dúctil. A partir de ese momento su valor se disparó.

WOLFRAMIO
Los otros dos elementos son el wolframio (símbolo químico W) y el vanadio (V). El wolframio fue aislado por los hermanos Deluyar, nacidos en Logroño en el siglo XVIII. Es costumbre que los descubridores pongan nombre a su “criatura” (el wolframio se extrae de la wolframita). Con los años la IUPAC (máxima autoridad mundial en las decisiones sobre nomenclatura química, métodos, etc.) quiso llamarlo oficialmente tungsteno, sin modificar su símbolo que continuó siendo W de wolframio. Este conflicto de nomenclaturas tal vez se debió a desavenencias políticas.

El wolframio es muy denso (tres veces más pesado que el hierro), duro y muy resistente a las altas temperaturas y a la abrasión. Hasta hace unos años lo veíamos en nuestros hogares en las lámparas de incandescencia. Hoy lo tenemos en las impresoras láser. Su enorme resistencia y dureza lo hace ideal para las máquinas perforadoras. En los primeros años del franquismo los nazis lo extrajeron de Galicia (pagando por él precios astronómicos). Lo usaban para la fabricación de bombas, como las que lanzaron sobre Londres durante la Segunda Guerra Mundial. También aparece en aceites de motor de alta calidad, pues sin él la elevada temperatura del aceite corroería los revestimientos.

Wolframio significa poco valor, pero también baba de lobo en referencia a las supersticiones de los mineros medievales de Sajonia que creían que el demonio se aparecía en forma de un gran lobo que habitaba las profundidades de las minas degradando los minerales con sus corrosivas babas, reduciendo de ese modo el valor del material extraído.

VANADIO
El vanadio (V) fue descubierto en 1801 por el profesor de Mineralogía, nacido en Madrid, Andrés Manuel del Río. Vanadio se relaciona con Vanadis, diosa de la belleza en la mitología escandinava. Su descubridor, que entonces trabajaba en la ciudad de México, recibió unas muestras de un mineral de plomo procedente de Colombia. Después de un detallado análisis llegó a la conclusión de que contenía un nuevo elemento metálico. Preparó con él varios compuestos y al observar la variedad de colores de las muestras quiso llamar al nuevo elemento pancromio (del griego todos los colores). Después, al comprobar que calentando el pancromio se volvía rojo, lo llamó eritronio (del griego rojo). Desanimado por terceros, y por la poca confianza en su descubrimiento, desistió.
El eritronio fue redescubierto en 1830 por el sueco Nils Gabriel Sefström, quien al ver los colores de sus sales en disolución lo rebautizó vanadio en honor a la diosa Vanadis. Friedich Wohler (el químico alemán que sintetizó la urea) demostró, analizando unas muestras del material estudiado por el español, que el vanadio y el eritronio eran el mismo elemento. Se impuso finalmente el nombre de vanadio pues no se quiso reconocer al español su descubrimiento.

Algunos conceptos de interés:
• Un metal es maleable si puede batirse y extenderse en planchas o láminas. Batir un metal es martillarlo hasta convertirlo en chapa. Por ejemplo, el oro es tan maleable que batiéndolo se obtienen las finísimas láminas de pan de oro.
• Un metal es dúctil si admite grandes deformaciones mecánicas en frío sin llegar a romperse. Si un metal tiene esta propiedad, con él pueden hacerse alambres o hilos.
• El wolframio o tungsteno funde a mayor temperatura que cualquier otro metal (3422º centígrados). Hace un siglo no se usaba porque no era posible fundirlo. Hoy, gracias a él escriben las impresoras láser, los radiólogos usan rayos X, etcétera.
• En la Segunda Guerra Mundial los proyectiles con wolframio podían atravesar cualquier armadura que no estuviera debidamente protegida (con wolframio). Además de muy caro de obtener, era muy difícil de transportar por su elevado peso.
• Los nazis usaron el wolframio para reforzar el acero de los tanques y las cabezas de las bombas, pues gracias a él las bombas aumentaban su capacidad de penetración. Tan importante llegó a ser el wolframio que EE.UU. consideró invadir España (la mina estaba en Galicia) para evitar que los nazis lo obtuvieran, pero poco después la mina se agotó.