Hoy es tal el dominio de la imagen que ni el lenguaje hablado se escribe, ni el escrito se habla. Si eludimos la lectura y la amena conversación, ¿sería justo decir que sólo sabemos que “no sabemos nada”? Si es cierto que percibimos el mundo por los sentidos y lo comprendemos por el lenguaje, ¿por qué usamos tantas “palabras comodín” en lugar de otros términos de significado más específico? Por ejemplo, ¿por qué otros verbos podríamos sustituir el comodín “haber” en estos casos?: 1) En lo alto del mástil “hay” una bandera. 2) “Había” una sonrisa en su rostro. 3) “Hay” un gran pesar en su corazón. 4) Sobre aquel cúmulo de ruinas “había” un hombre pensativo.
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SOLUCIÓN:
1. En lo alto del mástil ondea una bandera
2. Brillaba una sonrisa en su rostro
3. Oprime un gran pesar su corazón
4. Sobre aquel cúmulo ruinas se erguía un hombre pensativo