
Los comercios de ropa se vieron obligados a adoptar estrictas medidas de higiene para poder volver a abrir al público. Entre otras, habilitar espacios de seguridad o rociar las prendas con ozono, dejándolas, después 48 horas en cuarentena. Sin embargo, además de resultar nocivo e inflamable, su eficacia sigue sin estar certificada al 100%, por lo que la industria estudia innovadores métodos de higienización de ropa. La Universidad de Zaragoza, por ejemplo, trabaja ya en un “armario limpiador” cargado con altas dosis de ozono y radiación ultravioleta, que ha sido elaborado para testear la capacidad real de desinfección con muestras de Covid en tejidos. Se espera poder comercializar la herramienta al sector minorista para que, así, los comerciantes ofrezcan sus productos con plenas garantías de seguridad.
Los expertos vienen meses alertando de que la ropa puede llegar a ser reservorio de coronavirus, permaneciendo incluso hasta cinco días en ella. El virus no tiene capacidad para desarrollarse en los tejidos, porque tan solo puede hacerlo en células vivas. Sin embargo, la vestimenta diaria sí podría haberse impregnado de carga viral por las partículas que se filtran al exterior en un simple estornudo.
Por ello, el Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad, en colaboración con el Gobierno de Aragón y la multinacional HM especializada en soluciones retail, ha inaugurado este lunes el laboratorio en el que se analizarán las muestras durante unas cuatro semanas. El director del centro, Juan José Badiola, ha explicado que la cabina, que espera poderse instalar en los puntos de venta una vez se avale su funcionamiento, permitirá “reducir los tiempos de cuarentena” entre las prendas considerablemente, porque podrán estar listas para volver a salir a tienda en tan solo unos 15 o 20 minutos.
En este sentido, el inmunólogo e investigador de Araid Julián Pardo, ha explicado que los procesos de análisis del coronavirus en textil son algo más “complejos”, por la propia morfología del tejido. Precisamente por ello, el equipo de investigación del proyecto se encargará desde el laboratorio a cultivar el virus para después medir su comportamiento sobre el textil, mientras se le somete al proceso de desinfección.
El laboratorio ha sido equipado con todo el material necesario, y ha sido reforzado hasta alcanzar un nivel tres sobre cuatro en bioseguridad. El propio Badiola ha asegurado que, en España, tan solo hay dos centros de investigación más en ese nivel, por lo que va a conferirle a Zaragoza un puesto de referencia a escala nacional.
El propio vicepresidente y consejero de Industria, Arturo Aliaga, presente en la inauguración, ha vuelto a recordar la importancia de llevar a cabo investigaciones pioneras como esta, que ha sido enfocada al pequeño comercio. Un sector al que ahora más que nunca hay que “echarle una mano”, facilitándole productos certificados que, al mismo tiempo, le ayuden a garantizar la seguridad a través de sus productos.