Las “siete plagas de Egipto” llevaron al campo aragonés a batir su récord de indemnizaciones

Se presentaron reclamaciones en 185.000 hectáreas agrarias de todos los cultivos y en 555 términos municipales. Foto de archivo
photo_camera Se presentaron reclamaciones en 185.000 hectáreas agrarias de todos los cultivos y en 555 términos municipales. Foto de archivo

Heladas en la primera semana de abril, inundaciones, episodios de pedriscos, incendios, ataques de fauna, olas de calor y una fuerte sequía. Son las “siete plagas de Egipto” que vivió el campo aragonés en 2022 y que llevó a los agricultores a batir el récord de indemnizaciones solicitadas a Agroseguro, que abonó en la Comunidad más de 118 millones de euros de los 770 que sufragó en todo el país, siendo 35 millones más de los que se pagaron en un 2021 que ya fue especialmente siniestro.

De hecho, las inundaciones marcaron el cierre de 2021 y el comienzo de 2022, que pronto vinieron acompañadas del “siniestro puntual más importante en los 42 años de historia del seguro”, con una helada a comienzos de abril que afectó principalmente al valle del Ebro y “causó estragos” en los cultivos frutales y almendros en una etapa clave de su producción, como recuerdan desde Agroseguro. “Fue un año de alta siniestralidad, con fenómenos meteorológicos muy adversos, que se repiten y son más extensos y virulentos”, ha expuesto el director territorial de la entidad en Aragón, Juan Cruzán.

En concreto, se presentaron reclamaciones en 185.000 hectáreas agrarias de todos los cultivos y en 555 términos municipales, es decir, más del 75% de las localidades de Aragón recibieron la visita de un técnico de Agroseguro. De esos 118 millones de euros, los frutales y las cerezas alcanzaron los 76 millones, mientras que el resto se repartió entre herbáceos, frutos secos y hortalizas. “En Aragón cultivamos prácticamente de todo, menos cítricos, y todos ellos se han visto afectados”, ha resumido Cruzán, que ha cifrado en 23 días el plazo de pago desde la tasación definitiva.

¿SATISFACCIÓN? ENTRE LOS AGRICULTORES

En total, en la Comunidad hay unas 35.000 pólizas de seguros, que suponen 1.400 millones de euros de capital y 750.000 hectáreas. Así, desde Agroseguro ven que la implantación de estos seguros es “elevada” y que los agricultores son “conscientes” de la “necesidad de tener un seguro para garantizar la viabilidad de sus explotaciones”. “Tenemos una implantación en frutales del 76% o del 83% en herbáceos. Los índices de contratación son muy elevados. En ganado, nuestro seguro de retirada y destrucción de cadáveres se acerca al 100%. Hay confianza absoluta”, ha afirmado el director territorial de la entidad.

De hecho, la compañía ha sacado pecho de los índices de satisfacción, que les dicen que un 90% de los agricultores volverán a contratar su póliza, e incluso ha dejado entrever la posibilidad de incrementar las primas para lograr que el seguro sea “sostenible a medio y largo plazo”. “Siempre hay un porcentaje de agricultores a tiempo parcial, con otros ingresos y pequeñas explotaciones que quizá no aseguren. Cuando hablamos de un agricultor profesional cuya viabilidad está en sacar adelante su cosecha, un siniestro puede provocarle el cierre”, ha resaltado Cruzán.

No obstante, desde UAGA pusieron en cuestión la situación de estos seguros, insistiendo en que se encuentran “desfasados” y “desactualizados”, incluso sin tener en cuenta las subidas de los costes ni la fuerte inflación que ha acechado al campo.

SUBVENCIONES DE LAS ADMINISTRACIONES

La contratación de estos seguros cuenta con una subvención de las administraciones públicas, que pueden llegar a cubrir la mitad de su coste. En Aragón, las pólizas suponen un coste de unos 78 millones de euros para el sector, de los que el Estado aporta 26 y la DGA, más de ocho, como ha detallado el director general de Desarrollo Rural, Jesús Nogués. “Los eventos meteorológicos son mucho más extremos y debemos ser capaces de mantener el seguro como una herramienta indispensable en el escenario que se avecina”, ha explicado.

En este reparto, desde la Consejería de Agricultura se priorizan algunos sectores, como los jóvenes, donde la subvención puede ascender hasta el 65%, el máximo que permiten las autoridades europeas, mientras que a los agricultores profesionales se les garantiza un mínimo del 40%.