La Dirección de Pikolin y el Comité de Empresa han cerrado por unanimidad un acuerdo para un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de 20 días para todo el 2023 debido al alto stockaje del que dispone la compañía y las previsiones para este año, que fijan que habrá más producción que ventas. En este contexto, la empresa planteó este ajuste y ambas partes han estado negociando durante las últimas dos semanas, llegando a un pacto que los sindicatos valoran positivamente.
En concreto, Pikolin se ha comprometido a complementar hasta el 80% del salario bruto de los alrededor de 400 trabajadores a los que afectará el ERTE, dedicados al mantenimiento, producción y logística, y a mantener el 100% de la paga extra y las vacaciones. Además, prevalecerán las licencias retribuidas frente a los días de ERTE y se habilitará una comisión de seguimiento del expediente.
En un principio, la empresa, cuyo director de Recursos Humanos es Miguel Marzo, actual presidente de CEOE Aragón desde hace un año, planteó un ajuste de 24 días, aunque ofreció reducirla a 20 por cuatro jornadas que deben los trabajadores y que tendrían que devolver hasta el 31 de diciembre de 2023. Finalmente, se ha acordado dejarlo en 20 días y ampliar el plazo de devolución de los otros cuatro días hasta final de 2025.
Así, el presidente del Comité de Empresa, Pedro Bielsa, de OSTA, ha valorado “positivamente” el acuerdo alcanzado, pese a mantenerse en contra del ERTE. “Nuestra obligación es negociar. Nos gustaría evidentemente que la empresa no tuviera que aplicarlo, pero, como lo ha planteado, nuestra obligación era negociar. La valoración es positiva”, ha explicado.
NEGOCIACIÓN DEL CONVENIO
Una vez cerrado este acuerdo, ambas partes iniciarán en las próximas semanas las negociaciones del nuevo convenio colectivo, ya que el anterior caducó el pasado 31 de diciembre. En este caso, desde el Comité asumen que será un frente “complicado”, en el que la coyuntura económica no ayuda, pero “somos optimistas en que será un buen convenio”. En él se tratará, entre otras muchas cuestiones, el fin del teletrabajo para el personal de oficinas, que no ha gustado en absoluto a los sindicatos.