El sindicato considera que los incrementos del SMI han tenido una incidencia “muy positiva” en la reducción de la desigualdad en el mercado laboral

Los salarios en Aragón se están quedando “rezagados” conforme a la media nacional en cuanto a la pérdida de poder adquisitivo desde la crisis económica de 2008. En este tiempo, y a falta de confirmar los datos de 2022, el IPC en la Comunidad ha crecido un 14,07%, mientras que los salarios se han quedado en una subida del 10,69%, lo que se traduce en un déficit del poder adquisitivo de un 3,38%. A su vez, en el conjunto del país se han mantenido prácticamente a la par, con apenas una caída del 0,05% en la capacidad de compra.

Así lo recoge un informe de UGT acerca de la evolución del mercado laboral en 2022, en el que alerta, además, de que esta pérdida de poder adquisitivo se ahondará con los datos del pasado año, cuando, a nivel nacional, el IPC creció una media anual del 8,4% y los salarios, según los convenios, aumentaron un 2,8%. “O los salarios suben al ritmo de la inflación o se perderá poder adquisitivo”, ha avisado su secretario general, Daniel Alastuey, que cifra en un 7,2% esta caída de la capacidad de compra entre los dos últimos años en los que la inflación ha alcanzado cifras históricas y un pico por encima del 11%.

No obstante, desde el sindicato destacan que la Comunidad mantiene un sistema laboral y salarial más igualitario, con menos trabajadores en los extremos de la distribución salarial. De hecho, la mitad de los aragoneses, unas 240.000 personas, se encontrarían en los cuatro déciles centrales, mientras que un 9,88%, hasta 48.000 asalariados, entrarían en el rango más bajo y 34.000, en el más alto.

REFORMA LABORAL E INCREMENTO DEL SMI

Asimismo, desde UGT han valorado los efectos que han tenido las dos grandes medidas de esta legislatura, tanto la reforma laboral como los incrementos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Solo en el primer año del nuevo escenario para el empleo, los contratos indefinidos se han triplicado, pasando del 10% al que apenas se llegaba al 35% con el que se cerró el 2022, dejando la contratación temporal en un 65%. “Hemos triplicado el número de contratos indefinidos, duplicado el de tiempo completo, y reducido en un tercio los temporales. Es obvio que hay menos contratos porque muchos temporales han sido convertidos en indefinidos”, ha subrayado Alastuey.

Aunque más allá de los datos, el líder sindical ha destacado el “cambio de mentalidad” que se ha producido en las empresas respecto a las anteriores reformas laborales. “Tiene una parte importante en su filosofía, ya que combate la flexibilización permanente de la estabilidad para conseguir más empleo. Antes se pretendía hacer contratos más flexibles y temporales para crear más empleo, pero esta reforma impone la vocación de permanencia de las empresas, y se ha conseguido”, ha destacado el secretario general de UGT, que pone deberes al Ministerio para endurecer las normas del despido, que sigue siendo “demasiado fácil desde los mecanismos legales” y “barato en las consecuencias para las empresas”.

Igualmente, considera que los incrementos del SMI han tenido una incidencia “muy positiva” en la reducción de la desigualdad en el mercado laboral, pese a que todavía “no se ha alcanzado” y “estamos muy cerca de llegar” al objetivo de llegar al 60% del salario medio. “En 2018, el salario del decil más bajo era casi la décima parte del más alto y, en 2021, después de las subidas, esas diferencia es un 8,9, y sin contar las subidas de 2022 y 2023”, ha expuesto Alastuey.

VACANTES

Por otro lado, desde UGT han negado la idea de la falta de puestos de trabajo por cubrir ante la falta de trabajadores, un argumento que han calificado como “osadía”. Según sus datos, apenas el 0,53%, menos de uno de cada cien empleos, estaría sin cubrir, destacando las administraciones públicas. “Esa idea de que tenemos un mercado incapaz de proporcionar cierto tipo de trabajadores la debemos rechazar. En una comunidad con 60.000 parados decir que faltan trabajadores es una osadía. Puede haber algunos sectores muy especializados donde pueden faltar, pero eso se soluciona con una mejora de las condiciones”, ha subrayado.

PERSPECTIVAS PARA 2023

Tras ello, Alastuey confía en un 2023 en el que, tras unos primeros meses de “estancamiento”, se produzca un “relanzamiento de la economía” y “el empleo vuelva a crecer”. Para ello, será clave negociar con los empresarios subidas salariales que reviertan la pérdida de poder adquisitivo y “que la reforma laboral siga operando” para una mejora de la calidad de empleo. Asimismo, cree que hay algunas tareas pendientes en Aragón como reforzar el sistema de relaciones laborales, la lucha por la igualdad y contra la siniestralidad laboral, y mejorar la enseñanza y las cualificaciones profesionales.

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