Alexandra Zueras: «Cuando eres transportista hay que ir a trabajar todos los días y que no te parezca trabajo»

Alexandra Zueras con su camión
photo_camera Alexandra Zueras ha aprendido la profesión de la mano de su padre

A sus 26 años ya lleva 6 al mando de un camión, 4 años y medio como chófer y un año y medio como autónoma. Alexandra Zueras, transportista de profesión, se ha convertido recientemente en la primera mujer que forma parte como vocal de la Junta Directiva de Tradime. Una Junta conformada a mediados del mes de abril cuando se reeligió a José Antonio Moliner como cabeza visible de la Asociación. Aunque estudió un Grado Medio de Auxiliar Veterinaria y un Grado Medio de Mecánica, reconoce que desempeña esta profesión por vocación y porque lo ha vivido en casa desde siempre.

PREGUNTA.- El transporte se ha convertido en una gran oportunidad para el desarrollo profesional y Tradime apuesta por ello con sus nuevas aulas de formación y aulas taller. Desde su experiencia, ¿cómo animaría a los jóvenes para que sean el relevo generacional que tanto necesita el sector?
RESPUESTA.- La gente que nos dedicamos a esta profesión lo hacemos por vocación y, sobre todo, porque nos gusta. Hay que dejar a un lado la idea de estar trabajando por ejemplo en una fábrica y después tener el resto del día libre. Si es algo que te gusta, no piensas que vas a estar durante 15 horas trabajando. En mi caso, lo he vivido desde siempre en casa. Hay que cambiar la mentalidad y hay que ir todos los días a trabajar y que no te parezca trabajo, aunque hagas 15 horas. Lo importante es que te guste tu trabajo y disfrutar de lo que haces.

Alexandra considera que en esta profesión se trabaja por vocación

P.- ¿Y cómo se puede acercar a las mujeres a la profesión?
R.- Hoy en día tenemos muchas más comodidades que antes para trabajar. Pienso que este trabajo lo puede hacer exactamente igual un hombre que una mujer. Además, hay ayudas para que se incorporen las mujeres en el sector; por ejemplo, se hacen cursos bonificados para sacarse el carné. En este sentido se ha avanzado, aunque en otros aspectos no se ayude nada.

P.- Hace un par de semanas que José Antonio Moliner ha sido reelegido presidente de Tradime. A la nueva Junta Directiva, además de usted, se han sumado jóvenes emprendedores, ¿qué esperan aportar?
R.- Con nuestra entrada en la Junta intentaremos cambiar algunas ideas, aunque se siga luchando por lo mismo. Nos gustaría que la gente participase más en lo que se organiza desde la Asociación y llamar la atención de la gente de nuestra edad.
Por ejemplo, en el mes de julio celebramos el Día de San Cristóbal y nos gustaría que se participase más durante ese día. Estaría bien hacer algo enfocado a los hijos de los transportistas y preparar algo para pasar el día y que los socios vean que merece la pena ir.

Alexandra lleva 6 años al mando de un camión

P.- Nieta, hija, sobrina y prima de transportistas… Ha aprendido la profesión de la mano de su padre y conoce su dureza. ¿Se reconocerán algún día las enfermedades profesionales en el transporte?
R.- Espero que algún día sí. Al final lo verán como una enfermedad profesional, ya que pasas todo el día sentado, te mueves poco y, claro, pasan los años y lo notas. En otras profesiones ciertas patologías enseguida te las reconocen y te dan la baja. Aquí, sin embargo, hay que luchar para que te lo reconozcan y no debería ser así.
En mi caso, cargamos y descargamos en la granja por lo que hacemos también un trabajo físico que tendrá a la larga sus consecuencias.

P.- Cuando está a los mandos de su camión, ¿encuentra alguna traba para desempeñar su profesión por ser mujer?
R.- Lo cierto es que yo no encuentro ningún impedimento. Hago a diario lo que he visto hacer a mi padre desde siempre porque nos dedicamos los dos a lo mismo y eso es una ventaja. Trabajamos solamente para una empresa, llevamos el pienso y también llevamos la materia prima para hacer el pienso.

P.- Desempeñar esta profesión, ¿se hace más difícil cuando no hay áreas de descanso y estacionamientos seguros?
R.- Esta situación la encuentras sobre todo en las fábricas porque no están adecuadas para mujeres, ya que en muchas solo hay baño para hombres. Por ejemplo, vas a un área de servicio y allí hay baños tanto para hombres como para mujeres y, aunque tienes duchas en la mayoría, lo malo es que te cobran por usarlas y de normal no pagas por ducharte.

Desde Tradime abogan por un estacionamiento seguro para camiones en el Parking Norte de la Expo

En mi opinión, las áreas de servicio sí que deberían tener más seguridad. Cuando paras en una de ellas y te quedas a dormir, estás siempre con un ojo abierto porque en mi caso no me van a robar el maíz, pero sí que te pueden robar una barra que vale 1.000 euros. Esta es una de las demandas que hacemos desde Tradime, hacer un estacionamiento seguro para camiones en el Parking Norte de la Expo porque se están cometiendo muchos robos y es necesario que se cree en Zaragoza una zona de estacionamiento seguro.

P.- Recientemente, han creado Pymetrans, una alianza para defender al sector junto a transportistas gallegos, navarros y burgaleses, ¿esperan que se unan de otras comunidades?
R.- Es muy importante que se unan más transportistas y no es porque seamos pocos, sino porque cuanto más apoyo hay más se puede hacer.

Alexandra forma parte de la Junta Directiva de Tradime con José Antonio Moliner como presidente

P.- Otro de los retos que se propone la Asociación es acabar con la competencia desleal. ¿Cómo sobrevive un autónomo o una pyme con estas malas prácticas?
R.- Lo que hacen es quitarte el trabajo porque bajan el precio y lo hacen por menos sin cumplir con los requisitos que se necesitan para ser transportista. Aquí, en España, cuando te compras un camión te dan una tarjeta de transporte y para ello debes tener un título. Además, para sacarte este título debes tener un Grado Medio o un Bachiller. Lo que no puede ser es que te compres un camión y te metas en una cooperativa y sin ningún título puedas hacer por mucho menos el servicio. Muchos falsos autónomos vienen de fuera y les convalidan un título que ni siquiera se han sacado. En igualdad de condiciones todos podemos trabajar, pero con estas malas prácticas no.