Clínica Pilar
Antes de llegar a esta situación, la Clínica ha negociado en los últimos meses su continuidad con diversos grupos hospitalarios, sin éxito.

La Clínica del Pilar de Zaragoza ha anunciado esta tarde al Comité de Empresa la presentación de un concurso voluntario de acreedores. Una medida que ha tomado tras tratar de hacer frente a las importantes pérdidas que arrastra, pese a haber realizado unas inversiones superiores a los 7 millones de euros en los últimos años. Antes de llegar a esta situación, la Clínica ha negociado en los últimos meses su continuidad con diversos grupos hospitalarios, sin éxito, y la empresa ha abierto este lunes un proceso de diálogo con su plantilla, de 73 trabajadores.

Como informan desde la clínica, “estas pérdidas obedecen a una situación financiera compleja que se incrementó con la llegada de la Covid-19, al reducir la disponibilidad de personal sanitario, especialmente de enfermería, con el consiguiente encarecimiento de los costes”. Asimismo, apuntan que “la inflación ha encarecido los costes de aprovisionamiento de materiales y suministros; y el aumento de los tipos de interés a unos variables y en alza en los últimos años, dificulta acudir a financiación”.

UNA FUERTE COMPETENCIA EN EL SECTOR SANITARIO PRIVADO

También señalan la fuerte competencia, “propiciada por la instalación de otras clínicas privadas que han comenzado a funcionar en el mismo radio de acción de Zaragoza, que ha afectado negativamente al restar tanto trabajadores sanitarios como pacientes. En los últimos dos años la ciudad ha incrementado ya la disponibilidad de 120 nuevas camas en instalaciones privadas y se han presentado otros dos proyectos más que sumarán otras 400 camas más, a partir de 2024”.

En esa misma línea, la clínica detalla que “ha venido sufriendo una pérdida de clientes derivados de mutuas y otras compañías de seguros como resultado de un escenario de competitividad intenso”.

También existen causas internas como “la baja competitividad del inmueble en el que se desarrolla la actividad que, aunque bien ubicado en la zona centro de Zaragoza, está catalogado, una situación que impide tanto aumentar su edificabilidad como realizar obras que permitan la modernización e incorporación de nuevos servicios y dotaciones”.

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