La vicerrectora de Política Científica en funciones, M. Blanca Ros Latienda, durante el balance del curso 2020.

El balance del año 2020 en política científica, visiblemente marcado por la pandemia del coronavirus, ha reflejado que la Universidad de Zaragoza mantiene una trayectoria ascendente en materia de recuperación de investigación y captación de fondos en I+D+I. La capacidad de financiación se mantiene con el respaldo de fondos europeos por valor de 7,5 millones, que han servido para impulsar un total de 16 proyectos en diversos ámbitos científicos: innovación tecnológica cárnica, tuberculosis, redes sanitarias y sociales, impacto de migración rural…

A su vez, crece la inversión nacional con 9,3 millones captados para 83 proyectos en los que se han visto involucradas más de 150 empresas colaboradoras. A estos, hay que sumar los 839.000 euros destinados a nueve planes de investigación para el covid-19, que incluyen la búsqueda de la vacuna, terapias, modelización de la infección, transmisión, gestión de la información, diagnóstico y efectos de la pandemia.

“Las cifras demuestran que la Universidad de Zaragoza mantiene su capacidad de oferta y de captación de talento, es atractiva y lo es en todas sus áreas temáticas, humanística, social, tecnológica y científica”, ha valorado la vicerrectora de Política Científica en funciones, M. Blanca Ros Latienda.

Con ello, Unizar se convierte en la quinta universidad en el ranking nacional con mayor financiación obtenida, solo por detrás de las universidades de Barcelona, Autónoma de Madrid, Complutense y Sevilla. Durante los próximos dos años, 170 grupos de investigación abordaran numerosos proyectos a la espera de financiación autonómica. Por otro lado, 10 institutos universitarios han recibido 1.850.000 euros del programa GA-Unizar del Gobierno de Aragón, que han servido para impulsar el Instituto Universitario de Investigación en Patrimonio y Humanidades (IPH) y se avanza en la creación de dos más. “Somos competitivos, tenemos ideas y las consideran para abordar retos y generar conocimiento”, ha sugerido Ros Latienda.

Capacidad de adaptación

El cómputo de este curso constituye un año singular para la investigación en la universidad. El estado de alarma y el confinamiento detuvieron, en gran medida, muchos de los proyectos en curso, pero no al completo. La capacidad de adaptación de los investigadores al teletrabajo y la redirección de líneas de investigación fue fundamental para mantener una labor continuada. Además, se pusieron a disposición de la Consejería de Salud equipos, material y recursos humanos en los hospitales Miguel Servet, Royo Villanova y Lozano Blesa, para frenar el avance de la pandemia.

El Servicio de Gestión de la Investigación (SGI), con 75 técnicos y 440 proyectos, la Unidad de Gestión de Personal Investigador (Gespi) o la Oficina de Proyectos Europeos (OPE), con el programa Horizonte Europa (2021-2027) apostando por la investigación del futuro, han demostrado la implicación de las estructuras de gestión en el tejido científico aragonés.

“Volvimos a reflejar competitividad, talento y capacidad de investigar en áreas muy distintas”, ha advertido la vicerrectora, que pone nombre a estos logros. “Resconi, Aínsa, Doblaré, Latorre, Lardíes, Gracia, Arenal… son investigadores que con sus proyectos serán protagonistas en los próximos meses”, ha añadido Ros Latienda.

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