El colegio de Saray, la niña de diez años que intentó quitarse la vida tirándose por un balcón en el barrio de San José de Zaragoza el pasado mes de septiembre, no activó el protocolo por acoso escolar. Así lo ha asegurado el consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, en la presentación de un protocolo para la prevención de la ideación suicida en las aulas. El caso terminó con un cambio de centro por parte de la menor.
A pregunta de los medios, Faci ha lamentado que, de este modo, el Agustín Gericó no puso en marcha una herramienta que a su juicio se ha demostrado “eficaz”. “Fue lo que falló”, ha reiterado, aunque desconoce, eso sí, cómo se encuentra el caso ahora mismo, tras la apertura del expediente y la consiguiente investigación.
“No es bueno minimizar ningún caso. Si alguien detecta una situación de riesgo, no hay que esperar a que otro la active”, ha lamentado el titular de Educación, sobre lo ocurrido hace ya dos meses. Entonces, el centro alegó a través de distintos comunicados que, desde que la niña entró en el mismo, “el conjunto de profesores, y especialmente su tutora, velaron por su mejor integración” y que “se prestó la ayuda necesaria para que pudiera adaptarse al sistema educativo español”. En este sentido, defendieron su colaboración con el Servicio Provincial de Educación y con las autoridades pertinentes.
“UNA RIÑA ENTRE COMPAÑEROS”
La versión del colegio chocaba con la del padre de la menor. En declaraciones a este diario, criticó lo que ahora saca a la luz la DGA, que se tratara “como una riña entre compañeros”. Denunció también que, antes de lo sucedido, “cambió su comportamiento y sus actitudes”. “Lo pusimos en conocimiento de los profesores, quienes nos aseguraron que no iba a seguir pasando”, comentó, sobre actitudes como insultos racistas.