Todas las universidades públicas españolas presentan alegaciones en común contra la nueva selectividad

Las propuestas tratan cuestiones que van desde la duración de las pruebas al procedimiento de admisión o los plazos para plazas vacantes
photo_camera Las propuestas tratan cuestiones que van desde la duración de las pruebas al procedimiento de admisión o los plazos para plazas vacantes

Todas las universidades públicas de los 17 distritos universitarios presentan el mismo escrito de 17 páginas de alegaciones ante los Ministerios de Educación y Formación Profesional y de Universidades en contra de la nueva selectividad. Tratan cuestiones que varían desde la duración de las pruebas, la composición de los tribunales, los procedimientos de reclamación, el procedimiento de admisión, o los plazos para plazas vacantes, para un total de 20 propuestas de mejora que esperan sean tenidas en consideración.

Las universidades consideran “desleal” por su parte no hacer mención a las “crecientes señales de inquietud” que les traslada el profesorado de Bachillerato, orientadores y armonizadores de las materias, compartiendo la “profunda preocupación” por la viabilidad de implantar el modelo de evaluación por competencias el próximo año. “Son demasiadas las incógnitas y demasiado poco tiempo para incorporarlas a un Bachillerato con currículo nuevo, nuevos materias y un modelo de evaluación nunca ensayado en segundo de Bachillerato y desconocido a los ojos de quienes han de dar instrucciones desde las universidades sobre las directrices concretas de cada materia”, denuncian.

Junto a esta advertencia, que pone el foco en las “serias dudas” sobre la posibilidad de implementar las reformas sin suficientes garantías para un proceso en el que el alumnado se juega buena parte de su futuro, las universidades destacan los efectos perniciosos de algunos pilares del borrador de Real Decreto. Es el caso, por ejemplo, de la duración de los exámenes, que, al pasar de 90 a 105 minutos, obligará a aumentar los días de duración de las pruebas hasta a seis días, prolongando “innecesariamente” el estado de tensión del alumnado en detrimento de su rendimiento. En esta cuestión, insisten las universidades, la propuesta supone de facto la exclusión del acceso a la universidad del estudiantado que tiene derecho a adaptaciones de más tiempo, pues este colectivo se enfrentaría a algo impensable como tres o cuatro exámenes diarios de 145 minutos, durante varias jornadas.

Con el mismo conocimiento de causa se detallan, una tras otra, hasta 19 alegaciones más sobre procedimientos de reclamación, plazos, composición de tribunales, estudiantado extranjero, estudiantes con estudios universitarios, procesos de admisión o criterios de adjudicación de plazas, etc. “Todo ello termina dibujando una percepción clara de que la reforma que se propone adolece del debido sosiego en la toma de decisiones y de la tranquilidad suficiente para regular algo de tanta trascendencia social, y repercusiones de todo tipo, como es el caso de las pruebas que permiten el acceso a la universidad”, concluyen.