El nivel económico de los universitarios continúa como uno de los factores principales del abandono. Por ello, el ministro español de Universidades, Joan Subirats, ha insistido desde Zaragoza en la reducción de las tasas y seguir una línea de “tendencia hacia la gratuidad” de las mismas. Es uno de los puntos que ha llevado al plenario de la cumbre europea, con el objetivo de “que el máximo número de personas” puedan acceder a los estudios superiores.
No solo eso, sino que ha propuesto estar más cerca de los alumnos, tanto los que empiezan a cursar estas modalidades, como los que lo harán en un futuro. En el caso de los más vulnerables, ha explicado, implementar “itinerarios personalizados” desde el comienzo de la etapa educativa puede contribuir a reducir la brecha con el resto, como también lo hace “el apoyo psicológico” si están en entornos desfavorables para su desarrollo. Aplicado al terreno europeo, ha pedido tener en cuenta a aquellos estudiantes afectados por conflictos bélicos, caso de la guerra en Ucrania, o, en un futuro, climáticos.
Además, ha explicado que la mayoría de los abandonos se producen en el primer curso de la carrera, por lo que ha propuesto a los ministros europeos introducir programas de mentorizaje para hacer frente al salto de nivel de competencias que puede suponer respecto a Bachillerato. Algo que también está la relacionado con la renta, pues se acentúa en los más pobres. A todo ello se suma otra idea, como es favorecer el acceso a las personas con edades por encima de la franja entre los 18 y los 30 años, donde se concentra en la actualidad la mayoría de matriculados.
EL DIPLOMA EUROPEO
Para Subirats, Europa debe acometer “un segundo gran salto hacia delante”, como fue en su día el programa Erasmus Plus para la educación Escolar, Secundaria, de FP y personas adultas, con un importante espaldarazo económico que ronda los 27.000 millones de euros. El vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, ha recogido este testigo para dejar uno de los principales anuncios de la cumbre (que de momento es promesa): el objetivo de impulsar el Diploma Europeo antes de las elecciones al europarlamento del próximo año. Esta medida permitiría a personas, incluso de otros continentes, matricularse en universidades de la UE y hacerlo además, no con el propio centro que escojan, sino con la red de los países miembros. Una especie de campus global europeo.
En la actualidad, ha recordado, existen hasta 50 alianzas universitarias en 35 países, cuyo impulso es una de las prioridades de la presidencia española del Consejo y que serán 60 el siguiente curso. 44 campus del territorio nacional participan en este programa, de acuerdo a los datos oficiales de la UE.