Cada día nos preocupa más la vejez de nuestros padres. Por un lado, el declive físico o mental y, por otra, la creciente demanda de tiempo y cuidados que conlleva además una sobrecarga emocional de culpa y autorreproches.
Es importante cuidar a los padres, pero hay que tener en cuenta que si nos excedemos corremos importantes riesgos como descuidar demasiado nuestra propia familia.
Ser realista en esta cuestión te ayudará a evitar frustraciones y a programar mejor sus cuidados y asistencia. Reflexiona sobre qué parte hay de real en lo que te dice tu madre y cuál es tu propia opinión según tus necesidades. En función de eso, mejora o mantén la misma situación.

Mi consejo: Cuidemos sin descuidar nuestras vidas, hay que buscar el equilibrio.

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