Una amiga de 19 años siente la necesidad de publicar todo en Instagram. Se está convirtiendo en una obsesión para ella.

El uso de las redes sociales, en principio, es positivo, siempre que no se dejen de lado el resto de las actividades propias de una vida normal. El problema viene dado cuando el abuso de las mismas provoca la distancia con la vida real, precipita la ansiedad, afecta a la autoestima y finalmente te hace perder capacidad de autocontrol.

Con tu amiga lo propio sería tener una conversación y tratar de hacerle ver cómo está afectando y repercutiendo en su vida esta dependencia a mostrarse continuamente a los demás. Enséñale y aconséjale sobre cómo hacer un uso razonable de las redes sociales, empezando por limitar el tiempo que uno pasa en ellas, desactivando las notificaciones, fomentando el tiempo en familia y con sus verdaderas amistades y también potenciando las aficiones que hasta entonces habían sido de su interés, entre otras.

Mi consejo: Hay que tener presente que lo que aparece y se muestra en las redes no es la realidad, sino un pequeño esbozo de ella. Los aspectos más importantes de la vida no existen dentro de una plataforma virtual, sino fuera de ella.

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