Las constantes noticias sobre la pandemia están afectando la salud mental de muchos, particularmente a quienes ya viven con afecciones como la ansiedad y los pensamientos obsesivos. El miedo es una respuesta evolutiva normal y necesaria frente a una amenaza, ya sea emocional, social o física, porque nos ayuda a mantenernos seguros al activarse una respuesta de lucha o huida. Pero este sistema a veces responde de manera desproporcionada a amenazas que realmente no son tan graves o inminentes como uno cree.
Para evitar estas preocupaciones, hay dos acciones que son muy importantes que lleves a cabo. Por un lado, considera pasar un largo período alejado de los medios y de las redes, desactivando las notificaciones y actualizaciones automáticas de tus dispositivos. Cualquier duda consúltala en fuentes oficiales, como por ejemplo la página del Ministerio de Sanidad. Y, por otro lado, mantente conectado a las personas que te solían rodear en tu vida cotidiana. Las relaciones personales son cruciales para mantener la perspectiva, elevar el estado de ánimo y distraerse, al margen de las propias preocupaciones.
Focaliza tu atención en otras cosas cuando te invadan los pensamientos negativos. Se trata solamente de un pensamiento o un sentimiento, y estos no son ni declaraciones ni hechos. Si los obvias, pasarán con el tiempo, se trata de no reaccionar a ellos para que no cobren importancia.
Mi consejo: Si sigues sintiéndote angustiado, habla con tu médico de cabecera o consulta a un psicólogo. Ahora, con motivo del virus, hay disponibles líneas de ayuda dirigidas por organizaciones benéficas de salud mental.
