Los padres deben ser conscientes de que los niños no nacen siendo manipuladores sino que cuando adoptan ese tipo de comportamientos es porque lo han aprendido; es decir, han aprendido a conseguir sus propios beneficios adoptando ciertas actitudes y ellos sin ser conscientes lo han ido reforzado. Lo importante es identificar el problema y dar los pasos necesarios para solucionarlo.

Para ello es muy necesario que sus padres reconozcan y cambien la respuesta que dan ante las conductas de su hijo. A partir de ese momento, estarán en el camino de hacer todo lo posible para que tu sobrino desaprenda dichas conductas y adopte otras positivas. Las conductas positivas no deben ignorarse, ya que demuestran al niño que las valoramos y que las reconocemos, conviene reforzarlas con halagos, con sorpresas y premios, los cuales incitan a que estas conductas positivas se incrementen y se repitan.

Mantener la calma, estar unidos en el proceso y no asustarse. Deben retomar el control. Para romper el ciclo de la manipulación se necesita mucha perseverancia. A los hijos hay que enseñarles a lidiar con la frustración, los límites son necesarios para establecer un orden, cuidar y proteger a los hijos.

Mi consejo: Si una conducta se aprende, también podemos enseñarles a cambiarla. Se trata de aprender a desaprender.

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