Las recomendaciones profesionales están a la orden del día en las empresas, recurriendo a sus empleados como un canal para conseguir al mejor candidato. Si bien este sistema es un arma de doble filo, ya que supone una gran responsabilidad para el empleado ya que pone en juego su reconocimiento personal y profesional en este proceso.
A pesar de que es difícil separar la relación de amistad de la relación laboral que se ha creado con su hijo, ambas deberían ser capaces de diferenciar los problemas de trabajo de su relación personal, no permitiendo que los conflictos laborales que pudieran surgir con su hijo traspasen al plano emocional que unen a ambas. Deben dejar muy claro el límite que va a suponer la nueva situación antes de que ésta siga su curso.
Su amiga debe intentar transmitirle que se implicó de manera personal al recomendar a su hijo pero lo que ahora ocurra en el trabajo se ciñe a otra esfera, al ámbito laboral, ya que este afecta directamente a su credibilidad profesional y al clima que se pueda generar en el equipo de trabajo y, en consecuencia, a los resultados del mismo.
Mi consejo: las relaciones verdaderas pueden tambalearse a causa de ciertas situaciones, pero si es amistad, siempre podrán encontrar el modo de volver a entenderse.