Entendemos que las personas que nos rodean, especialmente si son amigos y familia, cuentan con nosotros para sacarles de sus errores y aconsejarles si vemos que pueden necesitarnos. La clave del éxito al dar consejos está en saber cómo, cuándo y de qué manera compartir nuestra opinión al que se la damos.
La maternidad y la paternidad son materias en las que creemos ser expertos y, en muchas ocasiones, sin darnos cuenta se cae en el error de enjuiciar bajo nuestras creencias personales. Por ello, conviene reflexionar y pensar si lo que les habéis comentado ha sido una crítica constructiva, desde la escucha y la comprensión, sin juzgar y sin invadir el espacio de los padres. Ser sincero no significa decir todo lo que uno piensa, sino no decir lo contrario de lo que se piensa.
En este punto conviene que tratéis de retomar el contacto de nuevo, pedir perdón si fuera necesario y, mediante una actitud de respeto y confianza, preguntarles si necesitan ayuda en la relación con su hija.
Mi consejo: Los padres necesitan que les transmitan seguridad y tranquilidad. De esta manera seréis/podréis ser un gran apoyo.