Cuando llega el verano, en casa se crean muchos conflictos a la hora de decidir cómo pasamos las vacaciones. No quiero pasar este año por la misma situación.

Las vacaciones de verano son uno de los momentos más esperados del año. Cada familia es un mundo de gustos y posibilidades y, dependiendo del número de miembros o de la edad de los niños, se deberán valorar diferentes opciones. Aunque la decisión final os corresponde a vosotros como padres adultos, es importante que los hijos se sientan partícipes durante todo el proceso. Especialmente cuando se trata de adolescentes ya que, para ellos, es crucial sentir que sus ideas se tienen en cuenta. Con la pareja se debe fomentar el diálogo y la comprensión respecto a planes, gustos y opiniones. La actitud debe ser la misma que mantenéis el resto del año; escuchar qué quiere el otro, proponer de manera proactiva y ser conscientes de que no se puede coincidir todo el tiempo. También es importante gestionar las expectativas, siendo flexibles, pero con límites, por lo que hay que ser tolerantes aceptando que no será posible hacer todo lo que se quiera o desee, y no por ello se va a disfrutar menos de las vacaciones. Mi consejo: A la hora de elegir un buen destino de vacaciones, lo que debe primar es una buena organización y prever las necesidades de los hijos, también en lo que a diversión se refiera. Teniendo en cuenta esos factores se puede elegir prácticamente cualquier destino.

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