La separación de una pareja no es agradable para ningún miembro de la familia. Cuando además uno de los padres comienza una nueva relación, los hijos muchas veces tienden a enfocarlo como algo muy negativo, produciéndoles esta situación estrés, ansiedad e incertidumbre, concibiendo así a la nueva pareja como un intruso/a en su vida familiar.
El adolescente vive una de las etapas más difíciles de la vida por los grandes cambios que sufre a nivel físico y emocional. Por su nivel de madurez, puede resultarle más difícil hacerle entender ciertos asuntos. Por ello, lo primero de todo es verbalizar el problema, la comunicación con ella debe ser efectiva y clara, escuchándole, teniendo en cuenta sus emociones, poniéndose en su lugar y no enjuiciando su comportamiento. Como padre o madre tenéis que indagar en lo que le molesta sobre la situación. Al mismo tiempo es importante explicarle que nadie intentará sustituir a ninguno de los dos. También convendría hacerle entender que ambos tenéis derecho a rehacer vuestras vidas sin que eso perjudique la relación con ella.
Mi consejo: Debéis darle tiempo, tener paciencia y empatizar. Recalcarle lo importante que es para vosotros y lo mucho que la queréis.