Los padres creen haber educado a los hijos en los mejores valores, pero al final ellos eligen con quién relacionarse, y a sus parejas, que no siempre se ajustan a las expectativas familiares. Es entonces cuando hay que aprender a lidiar con una serie de circunstancias para las que quizá uno no estaba preparado.
Te enfrentas al reto de tratar de conciliar y reconducir la situación, sin dañar. Espera a hablar de ello cuando ya conozcan la noticia y te muestren su preocupación familiar. Trata de que te detallen qué problema puede suscitar en su hija estar con una persona de color. Intenta llevarlos a respuestas concretas para que puedas empatizar con ellos y a su vez argumentárselas de manera asertiva. Hazles ver que el afecto no entiende de colores, que el amor sabe de hechos, de valores compartidos y de sentimientos que llevan a construir un proyecto de vida común.
A tu sobrina, transmítele calma y paciencia. Recuérdale que la seguridad en uno mismo, y la autenticidad de ese vínculo, es lo que le irá abriendo camino a pesar de las dificultades familiares.
Mi consejo: Lo ideal es que los escuches, evitando el conflicto, para hacer que te escuchen.