El acoso laboral no sólo lleva a problemas de salud, también a comportamientos negativos hacia uno mismo. Los efectos de este tipo de situaciones pueden comprometer el desarrollo y salud de quien lo sufre.
Ante este tipo de situaciones, solemos pensar rápidamente en denunciar o dejar el trabajo. Sin embargo, es habitual que quien lo sufre aún no esté preparado para dar ese paso. Quizá en este momento necesite hablar, comunicarse, desahogarse y verbalizar su problema hasta ser totalmente consciente de él y encontrar el modo de afrontarlo.
No es fácil mantener una relación con una persona que tiene un problema con la bebida. Se necesita mucha determinación, paciencia y amor. Tienes que hacerle ver que sus problemas no desaparecerán bebiendo alcohol, al contrario, la tristeza y la depresión cogerán más fuerza. El alcohol puede reducir momentáneamente el estrés o el nerviosismo, pero en realidad tiene un efecto rebote y conforme se consume aumenta más su necesidad, provocándole a su vez más ansiedad.
Mi consejo: en caso de haber adquirido el hábito de consumir alcohol, lo aconsejable sería pedir ayuda a un profesional, tanto de la salud como de la cuestión legal.
