Estoy divorciado desde hace dos años y mi hijo de 15 años no lo lleva bien. Su madre y yo mantenemos una relación cordial, pero cada vez que conozco a una persona mi hijo me hace la vida imposible.

Por desconocimiento de cómo funcionan los procesos de duelo ante un divorcio, los padres suelen dar por concluida antes de tiempo la etapa en las que se les permite a los hijos estar afectados. En cambio, la aceptación y entendimiento para ellos es un proceso largo y complejo a nivel emocional.

En primer lugar, este comportamiento no te lo tomes como algo personal. Tu hijo te quiere y quiere tu felicidad. Es un proceso mucho más complicado que tiene que ver con su inseguridad y sus miedos, especialmente a lo desconocido y al abandono. Por ello, escúchale, intenta entender sus razones y ayúdale a gestionar sus emociones.

Es importante que, en este punto, y para facilitar la aceptación, decidas presentar a la pareja cuando la relación sea realmente estable, hacerlo de forma dosificada, sin exigir un tipo de relación entre ambos. También será muy positivo que, cuando esté presente una pareja, a su vez conserves un espacio de intimidad con tu hijo que os permita seguir disfrutando de forma privada. Permítele hablar de sus emociones en cada etapa del proceso.

Mi consejo: No pretendas que tu pareja y tu hijo sean grandes amigos, pero sí puedes tratar de que construyan una relación basada en el respeto.

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