Por desconocimiento de cómo funcionan los procesos de duelo ante un divorcio, los padres suelen dar por concluida antes de tiempo la etapa en las que se les permite a los hijos estar afectados. En cambio, la aceptación y entendimiento para ellos es un proceso largo y complejo a nivel emocional.

En primer lugar, este comportamiento no te lo tomes como algo personal. Tu hijo te quiere y quiere tu felicidad. Es un proceso mucho más complicado que tiene que ver con su inseguridad y sus miedos, especialmente a lo desconocido y al abandono. Por ello, escúchale, intenta entender sus razones y ayúdale a gestionar sus emociones.

Es importante que, en este punto, y para facilitar la aceptación, decidas presentar a la pareja cuando la relación sea realmente estable, hacerlo de forma dosificada, sin exigir un tipo de relación entre ambos. También será muy positivo que, cuando esté presente una pareja, a su vez conserves un espacio de intimidad con tu hijo que os permita seguir disfrutando de forma privada. Permítele hablar de sus emociones en cada etapa del proceso.

Mi consejo: No pretendas que tu pareja y tu hijo sean grandes amigos, pero sí puedes tratar de que construyan una relación basada en el respeto.

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