La familia de origen suele ser un tema frecuente de enfrentamientos entre las parejas, especialmente en determinados momentos, como ocurre por ejemplo en relación a las vacaciones.

Cuando se plantea la opción de pasar las vacaciones con la familia, ambos miembros de la pareja deben hacer un ejercicio de responsabilidad y reflexionar si es el mejor momento, si los dos están conformes o en desacuerdo, y si están preparados para compartir la convivencia en ese preciso momento.

En el caso de que no estés preparada y suponga para la estabilidad de la relación un problema, es preferible que ahora decidáis no compartirlas con ellos o que cada uno haga las vacaciones familiares por separado. De tal modo que sea a lo largo del año, con más calma, cuando abordéis estos problemas, y de cara a situaciones similares a futuro sepáis cómo gestionarlas. Es importante entender que en los problemas de pareja no hay culpables. Se trata de comunicaciones, exponer cómo os sentís y os hace vivir esta situación, huyendo de acusaciones innecesarias, ya que al final el objetivo final es que el otro comprenda cómo os sentís en estas circunstancias.

Mi consejo: habla con tu pareja de esta situación desde una predisposición positiva y de manera asertiva. Expón tus límites si es necesario, desde la calma y el respeto mutuo.

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