A pesar de las diferentes etapas del duelo, la realidad es que no hay una forma correcta o incorrecta de estar de duelo, ni tampoco una única para afrontarlo. Además de lidiar con los sentimientos de una pérdida, poco a poco hay que tratar de poner en orden la propia vida. Algunas personas pueden sentirse mejor antes de lo que esperaban, mientras que otras pueden necesitar más tiempo.

Cada persona experimenta el proceso de forma distinta e individual, acorde a sus circunstancias personales y sus técnicas de afrontamiento. La experiencia, el aprendizaje, la personalidad, y otra serie de factores, moldean de forma individual la respuesta de duelo en cada uno. Para algunas personas, el hecho de volver a una rutina y a un estilo de vida parecido al que compartía con su pareja les aporta estabilidad y les reconforta. Esto no quiere decir que, en su intimidad, puedan tener altibajos que perduren durante algún tiempo.

Por otro lado, cuando no vemos ningún tipo de afección en estos casos, podría tratarse de un duelo congelado, son duelos inhibidos o pospuestos. Se presenta en personas que, en las fases iniciales del duelo no dan signos de afectación o dolor por la dificultad en la expresión de emociones. En este tipo de duelo, a los deudos les cuesta reaccionar ante la pérdida.

Mi consejo: No debemos juzgar desde la apariencia, sino tratar de ver las cosas y la situación a través de sus ojos. Nunca podemos saber la batalla que estará lidiando por dentro.

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