La formación del profesorado como motor de la innovación

La formación, orientada hacia el profesorado, es esencial para reforzar la innovación en los centros educativos. Requiere un esfuerzo adicional por parte del docente mantenerse actualizado en sus áreas de conocimiento específicas. Pero, adicionalmente, incorporar también en su plan de formación otros contenidos: buenas prácticas, metodologías docentes activas de enseñanza, competencias transversales, nuevas legislaciones, manejo de conflictos en las aulas, dimensión intercultural del alumnado, el acoso escolar, las relaciones sociales y una gran diversidad de aspectos que ocurren en el ecosistema de un centro.  Si la innovación educativa tiene un aliado esta es la formación y actualización sistemática de los docentes.

El profesorado tiene una visión más amplia de la enseñanza. Es un reto evaluar los procesos de enseñanza-aprendizaje para incorporar mejoras, reforzar los puntos fuertes y evolucionar en la enseñanza. La educación no es estática: es dinámica. En un aula la multiplicidad de variables que van influyendo en cada sesión y actividad expone al profesorado a un constante estado de alerta para afianzar contenidos, reforzar competencias en su alumnado y dinamizar cualquier iniciativa que contribuya a una adecuada educación.

El currículo ofrece una amplia alternativa de contenidos que abarcan una gran diversidad de temáticas. Sin embargo, la creatividad es otra competencia necesaria para crear un engranaje adecuado que permita al alumnado comprender la importancia de áreas tan diversas como las matemáticas o la historia. Establecer interconexiones, valorar sinergias, concebir el conocimiento en su globalidad y no como estancos ajenos entre sí. Sin duda la existencia de un proyecto educativo en el centro es un hilo conductor que ayuda a darle sentido a las singularidades del aprendizaje.