La «educación en línea (online)» no es novedosa. Sin embargo, en el contexto que estamos viviendo por el COVID-19, esta modalidad ha cobrado relevancia. En España, y concretamente en Aragón, hay un amplio uso. Se han contrastado buenas prácticas en todos los niveles del sistema educativo: una experiencia acumulada por algunos centros y profesores que tiene un gran significado.
Como cualquier otra metodología o modelo de enseñanza, la formación en línea, tiene sus fortalezas y debilidades. Conviene recordar algunas de ellas, entre varias, para tenerlas en cuenta y elaborar las mejores estrategias para incorporarlas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Fortalezas:
- Posibilidad de integrar contenidos multimedia e interactivos. Si esta incorporación se realiza de una manera adecuada, consciente del objetivo que se desea, se generan materiales visualmente atractivos. Si la interactividad está bien diseñada el interés por descubrir más información por parte del alumnado se acentúa al igual que sus competencias digitales.
- La interactividad contribuye a que el alumnado tenga la experiencia del «descubridor» o del «investigador».
- Flexibilidad para elegir el horario en el cual se desea iniciar el estudio o avanzar en el mismo. Es oportuno, eso sí, tener por parte del profesorado una orientación adecuada. Concretar metas, en un tiempo determinado, para ir alcanzado los objetivos.
Debilidades:
- El no tener acceso a la «tecnología adecuada» es la principal debilidad. Sin ese acceso no hay formación en línea. Además del uso de equipos informáticos se requiere acceso a Internet, a los programas informáticos y a los materiales de estudio necesarios para cumplir con los objetivos establecidos.
- La evaluación de los contenidos, competencias o resultados de aprendizaje. ¿Es factible una evaluación objetiva? Dependerá de varios factores siendo probablemente, además de las características de la asignatura, ¿qué se pretende evaluar? La tecnología facilita la realización de exámenes en línea, presentaciones de trabajo vía cámara web o realizar actividades sincrónicas para validar estas actividades evaluadas. Ser creativos para adecuar estas tecnologías a la evaluación son una oportunidad de aprendizaje adicional para el profesorado.
- Dificultad para que el profesorado pueda ofrecer una monitorización personalizada del proceso de aprendizaje. No obstante, se pueden crear sesiones en línea de tutorías con las cuales el alumnado obtendrá ese acompañamiento virtual y podrán ser respondidas sus dudas o comentar con el docente el aprendizaje obtenido.
- El estudio en línea, sin una planificación adecuada a la modalidad, podría ser inapropiado: sea por exceso o por defecto. Establecer el punto de equilibrio adecuado es clave.