Información versus conocimiento

La alfabetización digital unidas a las competencias digitales permiten un acceso igualitario a la sociedad del conocimiento.
photo_camera La alfabetización digital unidas a las competencias digitales permiten un acceso igualitario a la sociedad del conocimiento.

La información es fundamental pero ineficaz si no se transforma en conocimiento. Una nueva manera de comprender la educación es factible; pero, requiere reforzar competencias claves. La llamada «sociedad de la información», que planteó en el siglo pasado Yoneji Masuda, contribuyó a la compresión del impacto de las tecnologías de la información de la comunicación en la sociedad. En una primera fase acceder a la información es elemental, pero ¿qué ocurre si no se desarrollan o fortalecen las competencias para comprender esa información?

La interconexión, mediada tecnológicamente, permitió el intercambio de información, sea de personas o de organizaciones, a una escala global. El abanico de posibilidades de crecimiento económico mundial abanderó el impulso de una forma diferente de entender la vida social. Sin embargo, la sociedad de la información no contribuyó equitativamente en un eficaz crecimiento cultural o económico.

Si se desea impulsar una nueva manera de entender la educación en el siglo XXI es prioritario abogar por la construcción de «sociedades del conocimiento» (UNESCO) es estratégicamente deseable para avanzar en el fortalecimiento del conocimiento en las personas u organizaciones. Ser consciente que la información no es lo mismo que conocimiento porque este último exige un nivel mayor de profundidad como «entender, advertir, saber», comprender los datos y el contexto que aporta la información. Tomar decisiones acertadas a partir de una información de calidad.

El avance tecnológico permite un mayor acceso a la información. No quiere decir que su calidad sea buena o mala. Esa valoración crítica de la información le compete a la persona. Si bien es cierto, como indica la UNESCO, que las sociedades del conocimiento deben apoyarse en cuatro pilares: «la libertad de expresión, el acceso universal a la información y al conocimiento, el respeto a la diversidad cultural y lingüística, y una educación de calidad para todos».