El aula de clases no puede ser un ecosistema de aprendizaje ajeno a su entorno. Las circunstancias locales, regionales, nacionales, europeas o globales son un temario amplio y diverso que, planificado o no, se harán presentes en las conversaciones del alumnado. Se vivió con la COVID-19. Ahora, por esas circunstancias o causalidades de la historia, la invasión de Rusia a Ucrania es de actualidad e interés para nuestra sociedad. Mirar hacia otro lado de la historia sería una irresponsabilidad. Hay iniciativas programadas en los centros educativos para analizar estos acontecimientos. Profesorado y alumnado tienen una oportunidad para conocer y comprender, en función de las edades y los niveles educativos, los antecedentes, contexto, actualidad y repercusiones de un conflicto que nos afecta como europeos.
Es una oportunidad para reforzar la importancia de los principios y valores de la democracia y de la construcción de una sociedad europea. La historia nos debería ayudar a no cometer los errores del pasado; pero, hay que enseñarla, comprenderla, analizarla y aplicar esos conocimientos en la vida social. Como señalaba el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán: «Se trata de salvar el orden internacional en el que hemos vivido confortablemente tras la Segunda Guerra Mundial. Se trata de salvar los principios de legalidad internacional, y si no se salvan, estarán en riesgo esos valores en todo el mundo».
En estos tiempos de redes sociales o “medios sociales”, como probablemente mejor se definen, la información se enfrenta a la desinformación. El conflicto entre Ucrania y Rusia no se focaliza solamente en la confrontación bélica, también en internet. El objetivo es convencer a la opinión pública de quién tiene los mejores argumentos. Al respecto, uno de los retos fundamentales del profesorado es explicar cómo la desinformación requiere ser identificada y obviada. Ahora bien, requiere que el alumnado comprenda algunas de las cuestiones que rodean este conflicto: antecedentes, actores, implicaciones y repercusiones. No es un conflicto que solamente atañe a los países que se enfrentan en armas, es un conflicto en el cual los Estados Unidos, la Unión Europea -entre ellos España-, la OTAN y otros países están involucrados.
Explicar las consecuencias inmediatas de una guerra que conlleva consecuencias humanitarias, económicas y políticas. Repercusiones internacionales y locales, como aquellas que pueden afectar específicamente a Aragón. Son temas de convivencia, paz, cultural, valores europeos y principios fundamentales relacionados con la democracia y los derechos humanos. Separar las decisiones políticas y geopolíticas de un gobierno ruso liderado por Vladímir Putin ajeno a una sociedad rusa en la cual un porcentaje importante no comparte este ataque a Ucrania; pero, que no puede manifestarse libremente por miedo a la opresión. Entender los motivos de una sociedad como Ucrania, y del gobierno de Volodímir Zelenski, que opta por defenderse, a través de las armas, para evitar ser invadidos; pero, sin renunciar a las salidas diplomáticas y a las negociaciones.
Es también poner en valor la solidaridad y apoyo, en las medidas de las posibilidades, de una sociedad aragonesa, que se siente europea, hacia el pueblo ucraniano.