Este año, con motivo del Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, el tema pone el foco en las «Tecnologías digitales para un envejecimiento saludable». Una perspectiva desde la cual las generaciones más jóvenes pueden aportar su experiencia sobre el uso de las tecnologías. Contrastarla con las vivencias y experiencias de los mayores. Espacios de aprendizaje intergeneracionales. Al final se trata de comprender que las tecnologías «desempeñarán un papel importante en el envejecimiento saludable y, además, ayudarán a construir ciudades más inteligentes, a combatir la discriminación por motivos de edad en el trabajo, a garantizar la inclusión financiera de las personas mayores».
La vida “tecnológica” saludable no es una cuestión solamente de personas mayores. Los hábitos y usos de las tecnologías se aprenden, al igual que otras competencias, desde pequeños. Por supuesto, la vivencia que tengan en su entorno familiar es fundamental; pero, los hábitos de uso de la tecnología en los centros educativos son influyentes.
Los dos últimos años, por la COVID, las TIC irrumpieron en las viviendas y en los procesos de enseñanza-aprendizaje, sin una estrategia adecuada por las circunstancias complejas vividas. No obstante, a partir de ahora sí es factible diseñar una estrategia eficaz y eficiente sobre el uso de las TIC en la enseñanza que contribuya a hábitos tecnológicos saludables donde el alumnado sea una fuente de información para sus mayores. Implica sensibilizar al profesorado, al alumnado y a los equipos directivos de los centros educativos; sensibilizar a las familias.
Enseñar el uso de las TIC es una cuestión que nos afecta en cualquiera de las edades, es cuestión de formación y de romper barreras. La alfabetización mediática, cultural y digital.