Alfabetización digital

Aula con muchos niños de primaria con proyectos y dos profesores
photo_camera Incorporar contenidos y reforzar competencias digitales es fundamental en el alumnado y profesorado. Foto: Aragón Digital

En el proceso de aprendizaje aprendemos de nuestra propia experiencia, pero también a partir de las experiencias de otros. Las sensaciones, circunstancias y vivencias constituyen parte del aprendizaje. Comprender nuestra cultura y la cultura de los otros aporta significados que podrían contribuir al intercambio social, al trabajo colaborativo y a un aprendizaje colectivo. Eso sí, es clave disponer de mecanismos intelectuales para interpretar los códigos de los mensajes y entenderlos.

En este contexto, la «alfabetización» es un proceso continuo no limitado a leer y escribir. En la cultura contemporánea la imagen es un código relevante, pero también lo es la palabra, la interactividad, la dimensión digital y cualquier medio en el cual producimos o consumimos mensajes. La alfabetización en las nuevas narrativas o en las emergentes ayudará, por ejemplo, a entender y disfrutar de experiencias inmersivas de 360º que son cada vez más frecuentes en los museos o exposiciones. Quién se hubiera imaginado, en Zaragoza, inmiscuirse en la Artieda romana de mano de las gafas de realidad virtual.

Lo «digital» engloba todas las manifestaciones culturales y sociales que se originan, apoyan o transmiten con el recurso de las tecnologías de la información y el conocimiento. Por ello, hay que aportar los conocimientos y las competencias digitales para vivir, convivir y sobrevivir en la sociedad del conocimiento. La educación, en cualquiera de sus niveles, es un entorno válido y oportuno para que la alfabetización digital tenga presencia en los planes de estudio y contribuya a reforzar las competencias digitales en el alumnado y el profesorado. Puede aportar una dimensión novedosa en valores en cómo aplicar las competencias digitales no solamente para resolver problemas instrumentales sino incorporarlas en la vida social desde una perspectiva crítica. El acceso a la tecnología no es únicamente la adquisición de equipos informáticos y mejores conexiones. Implica avanzar en un conocimiento práctico en cómo la tecnología podría contribuir a resolver problemas cotidianos o más complejos que faciliten y mejoren la vida de los ciudadanos. Avanzar en una democratización del conocimiento al cual, con una formación adecuada, deberían acceder las personas para construir una sociedad más justa.