José A. Domínguez: "Tenemos que estar alineados para que haya un desarrollo coherente de la industria agroalimentaria"

La industria agroalimentaria puede convertirse en los próximos años en uno de los principales motores económicos de Aragón. Una expansión favorecida principalmente por los grandes proyectos industriales del porcino, como BonÀrea, Pini o el Grupo Jorge, entre otros, y para la que, según el director gerente del CITA, José Antonio Domínguez, todos los agentes de la Comunidad deberán estar “alineados” para que “haya un desarrollo coherente”.

No en vano, se calcula que Aragón va a triplicar su capacidad de sacrificio de porcino en 2020, llegando a poder sacrificar hasta 20 millones de cerdos al año. Para poder afrontarlo, Domínguez ha puesto en valor el trabajo que se realiza desde ámbitos como la administración, la investigación, la sanidad o la formación, que jugarán un papel importante en ese crecimiento ordenado.

Pregunta.- ¿Qué va a suponer toda la evolución de la agroalimentación en Aragón?
Respuesta.- Tradicionalmente hemos pensado que éramos una región productora de materias primas. Siempre teníamos el reto de que teníamos que evolucionar en la cadena de valor, quedarnos con la riqueza que pueden generar esas materias primas en su transformación y su comercialización. Está ocurriendo esta década, por crecimientos de los propios sectores productivos y esa evolución que se está haciendo.

P.- ¿A qué retos se enfrenta esta industria?
R.- Cuando hablamos de industria agroalimentaria metemos muchos subsectores muy variados. Tenemos sectores muy evolucionados empresarialmente y en estructuras, como el vino. El efecto garnacha nos ha supuesto un factor diferenciador. En cuanto a la fruta, tenemos el reto de que el consumidor nos está ofreciendo sabor. Hemos conseguido tener imagen, diversidad y lineales preciosos, pero casi el 20% de la fruta que producimos se echa a perder.

Hay un sector que está siendo el motor de la producción ganadera, el porcino. Estamos viviendo crecimientos en la cabaña ganadera, pero también en la implantación de productos ganaderos. Hay muchos sectores que están siendo una alternativa al mundo rural, como la trufa, que ha hecho que haya poblaciones en Teruel que estén creciendo. Es un sector que se está ordenando a nivel internacional y tiene muchas perspectivas, porque son productos son alto valor añadido. Aragón ya es un referente mundial en la producción de trufa cultivada. Existen otros países con gran potencial de trufa silvestre, pero Aragón está liderando la reorganización mundial de la trufa.

Desde el CITA se está trabajando en aspectos como el bienestar animal, la reducción de los purines o la sanidad

P.- Publicaron unos datos que decían que Aragón va a triplicar su capacidad de sacrificio de porcino en apenas un año. ¿Tendrá Aragón capacidad para afrontar tanta expansión?
R.- Es algo que reclamábamos en esta evolución. Habíamos alcanzado a Cataluña en producción ganadera. Entre los dos, con Castilla y León, hemos superado a Alemania, que era el referente a nivel europeo. Hay dos factores para atraer estos proyectos. Uno es el coste logístico. Se cuenta el céntimo. La competencia a nivel costes es tremendo. Si las instalaciones están en Aragón es porque tenemos territorio. Las granjas exigen superficie hoy para la gestión de purines, además de temas de bioseguridad con entornos rurales. Cataluña ya no tiene territorio y Aragón ha sido alternativa. Y no nos olvidamos de la situación estratégica de Aragón.

Que vengan las instalaciones de mataderos también es por proximidad a las granjas. Se están juntando a la vez muchos proyectos, y tenemos que estar todos alineados para que haya un desarrollo coherente.

P.- ¿Cómo se consigue?
R.- Estamos todo el mundo trabajando, desde administración, sanidad, investigación, formación… Esto nos va a exigir formación reglada y no reglada y el Inaem ya está trabajando en ello. Vamos a tener una demanda de perfiles que hasta ahora no teníamos como para poner estructuras propias en Aragón. También hay que buscar mercados, porque esas empresas deben ser viables. ¿El siguiente paso? Ir al mundo de la elaboración. Tenemos ejemplos como la longaniza de Graus o el jamón de Teruel. Hay que desarrollar el mundo de los embutidos y elaborados de carne para seguir dejando aquí el valor añadido.

Respecto a los datos que mencionabas, Huesca había sido una provincia con gran cabaña ganadera, pero solo sacrificaba el 17%, con Fribin, en Binéfar, como centro de referencia. La implantación de Pini, que va a ser una de las instalaciones de sacrificio de porcino más grande de Europa, distorsiona todo. Con la ampliación de Fribin, vamos a ponernos en el 120%, estimando un crecimiento de la cabaña como tenemos hasta ahora.

P.- Pero genera una duda. ¿Podremos seguir exportando la producción ganadera?
R.- Ese va a ser el gran defecto. Zaragoza va a estar equilibrada. Huesca pasa de ser proveedor de la industria cárnica catalana y ahora no sé qué va a pasar, de dónde van a sacar los cerdos para sacrificar. No sé prever las estrategias individuales de los mataderos para conseguir su demanda, sabiendo que uno de los factores más importantes es la proximidad. Va a ser fascinante este momento, y tenemos que estar alineados, coherentes y prudentes para que una oportunidad no se vuelva una revolución. El sector lo está llevando.

Nos queda una tercera provincia, que sería Teruel y las cuencas mineras. Teruel tiene zonas productoras de porcino como el Matarraña, que tienen una cabaña potente, pero tenemos un crecimiento. Nos quedarían también las Castillas como elemento de crecimiento en superficie. Tenemos que aprovechar que se quedan aquí las estructuras de generación de valor.

P.- ¿Qué puede hacer el CITA para ayudar a esta expansión?
R.- Yo no pondría solo la responsabilidad en el CITA. Uno de los grandes retos que tenemos en la producción de porcino son los purines. Aunque trabajamos en mejora de carne, tendencias de consumidor, producción animal, etc., este es uno de los grandes talones de Aquiles que pueda tener este sector. Estamos trabajando en proyectos europeos, nacionales y con financiación regional, siempre con el sector, que es conocedor de esta realidad y que debe darle una solución de sostenibilidad medioambiental.

Desde el CITA se está trabajando en aspectos como el bienestar animal, la reducción de los purines o la sanidad

Trabajamos en que se use como fertilizante orgánico. Siempre lo ha sido, no es nada nuevo, pero necesitamos tecnologías que intenten evitar la contaminación. Es uno de los grandes clásicos de economía circular y va a ser uno de los pilares de sostenibilidad medioambiental. Llevamos trabajando años. Podemos transformarlo en un recurso eficiente para el sector agrario, que se está viendo su potencialidad en algunos cultivos. Supone saber gestionarlo y repartirlo bien. Lo que era una problemática lo vamos a transformar en un recurso del mundo agrario.

P.- También se trabaja desde la sanidad animal
R.- Es un área de trabajo que exige discreción, porque cualquier zoonosis que pueda producir te cierra barreras de exportación. Se está siendo muy efectivo en los últimos años en temas como la brucelosis o la peste porcina. Son retos que ya hemos resuelto y en los que hay que trabajar día a día, con mucho control y trazabilidad para localizar los focos. Hay herramientas de nuevas tecnologías que nos están ayudando. Se está haciendo un gran trabajo.

P.- Por otro lado, todo lo que se genere tiene que ser consumido. Ahí entra China como gran mercado.
R.- China es el futuro para todos, para la alimentación, para los coches… Estamos viendo el efecto de China en muchos sectores. En 1993, la producción de pera mundial estaba entre España e Italia, y en siete años se pusieron a producir peras y dominaron el mercado. China es el mayor productor de cerdos del mundo, cuatro veces mayor de la UE, y lo tienen muy incluido en su dieta tradicional. Pero también es un potencial consumidor de los productos elaborados. Tenemos que entender su cultura. Hay un factor diferenciador. Aun teniendo mayores productos, si llevan el sello de Europa, para ellos tiene un caché y paga por ello. Y tenemos que aprovecharnos con calidad, calidad y calidad. Las producciones básicas nos las pueden copiar, por lo que hay que estar atentos.

Hay que mirar a China, pero nuestros consumidores de carne son los países europeos. Tenemos muchos países con capacidad de consumo y grandes productores, pero no tienen territorio. Holanda tiene casi 375 habitantes/kilómetro cuadrado, pero no tiene capacidad de crecimiento en el territorio. El Brexit también será un elemento importante.